En medio de las alertas que se generaron por el posible racionamiento ante un fenómeno de El Niño, el equipo de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá realizó un análasis de los impactos que podría tener en la economía una situación como esta, que está atravesando el vecino país Ecuador.
Según estimaciones de Investigaciones Económicas, el costo económico de un solo día de racionamiento energético podría ascender a alrededor de $200.000 millones. Ahora bien, los cálculos indican que el costo de una hora al día de racionamiento de energía se ubica entre $175.000 y $204.000 millones, dependiendo de la hora del día en la que se aplique el corte.
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Esta preocupación surge en un contexto marcado por problemas climáticos recientes, incluyendo la llegada del fenómeno de El Niño, que ha traído consigo menores niveles de lluvia y ha impactado negativamente en la capacidad de los embalses para generar energía hidroeléctrica. De hecho, el país estuvo al borde de tener que tomar medidas de racionamiento tanto de agua como de energía en abril, cuando el porcentaje de utilización de los embalses alcanzó su nivel más bajo en lo que va del siglo XXI.
Energía
Los sectores más afectados por un eventual racionamiento serían la industria, la minería y el comercio, con un impacto directo en la actividad económica y la generación de empleo. Según análisis de Investigaciones Económicas, un racionamiento de 6 horas al día, durante un mes, podría representar hasta el 26% del PIB del periodo, equivalente a una pérdida económica considerable.
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El riesgo de racionamiento energético no solo se limita al corto plazo. Con las anomalías climáticas cada vez más frecuentes, es fundamental que las autoridades planifiquen y tomen medidas para garantizar la seguridad y el abastecimiento energético del país, asegura el informe. Esto incluye la diversificación de la matriz energética y la adopción de políticas que promuevan la eficiencia energética.
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En resumen, el costo potencial de un racionamiento energético en Colombia es significativo y podría tener repercusiones graves en la economía nacional. Es imperativo que se tomen medidas preventivas y se planifique cuidadosamente para evitar una crisis energética que afecte el desarrollo económico y el bienestar de los colombianos.
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