Desde que iniciaron los procesos de vacunación en el mundo se ha criticado la desigualdad con la que se está desarrollando el proceso, con países que contarán con la capacidad de inmunizar varias veces a su población, y otros que ni siquiera podrán cubrir a todos sus ciudadanos. Latinoamérica tampoco se escapa de estos problemas.
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Alrededor de tres meses después de que Colombia empezara su campaña, los ritmos a los que avanzan los procesos de la región son muy heterogéneos.
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Las cifras muestran cómo Chile y Uruguay lograrían inmunizar al 75% de su población en apenas tres meses, y otros como Brasil, México o Argentina alcanzarían ese objetivo en el próximo año o en un periodo ligeramente superior.
No obstante no es la situación en la que están todos los países: Colombia, por ejemplo, al ritmo actual necesitaría dos años para vacunar al 75% de su población, un dato que sería de 4,4 años en el caso de Perú, tres años en Bolivia o hasta siete años en Paraguay.
Esta diferencia se puede ver también, por ejemplo, en el promedio diario de dosis. Mientras que esta cifra en Colombia ayer llegaba a 97.000 cada jornada, en otras naciones de Latinoamérica es superior, como el caso de Brasil (790.000 dosis diarias), Argentina (135.000), México (507.000) o Chile (161.000) con una población inferior.
El promedio global, según Bloomberg, indica que aún tomaría 21 meses vacunar al 75 de la población mundial, con un ritmo de 16 millones de dosis administradas al día.
LUZ VERDE A JANSSEN
Un aspecto del que muchos estaban pendientes para acelerar su proceso de vacunación es el pronunciamiento de Europa con la vacuna de Janssen. Ayer, la EMA dio luz verde a su uso, a pesar de que reconoció el posible vínculo entre el medicamento y los episodios de tromboembolismos.
En Estados Unidos, entre más de siete millones de vacunados, se reportaron alrededor de ocho casos de estos ‘trombos’.