Un estudio del London School of Economics (LSE) analizó qué tan fuerte es la transmisión del estatus socioeconómico entre generaciones en América Latina.
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Para ello, se analizaron 27 encuestas de hogares de nueve países de la región, entre los años 2000 y 2015. Además, se tuvieron en cuenta otras variables 'circunstanciales', como la educación de los padres, ocupación, sexo, raza u origen étnico y el lugar de nacimiento.
La investigación permitió observar que en países de Latinoamérica como Guatemala, Brasil, Panamá, Chile, Perú, Argentina y Colombia la proporción de desigualdad en el ingreso es un fenómeno atribuible a circunstancias heredadas.
En ese sentido, y en términos de porcentajes, el nivel más alto se evidenciaba en Guatemala, con una tasa de 62% en 2011. A esta nación le siguen Brasil (2014) y Panamá (2008), con un rango del 59 % y el 55%, respectivamente.
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Pobreza monetaria
César Melgarejo / EL TIEMPO
A continuación se encuentran Perú y Chile, con una tasa de alrededor del 53 % en 2015. Luego se encuentran Colombia, con un 52 % en el 2010; Bolivia, con 45 % en el 2008, y Argentina, con el 44 % en 2014.
De acuerdo con Francisco Ferreira, profesor e investigador del LSE, si bien la movilidad social entre generaciones existe y se puede ver en familias que han superado las circunstancias económicas desfavorables, "el peso del pasado, al menos en América Latina, es enorme".
"Aquellos que provienen de posiciones privilegiadas disfrutan del viento a favor, mientras que aquellos que intentan ascender desde posiciones de desventaja enfrentan probabilidades en su contra. Esto no sólo es tremendamente injusto: también es probable que suponga un desperdicio de talento y conduzca a una mala asignación de recursos", destacó.
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