Por quinta vez Daniel Ortega será el presidente de Nicaragua. El mandatario, que llegó al poder por las urnas en el 2007, fue reelegido con el 75% de los votos de la mitad de las mesas escrutadas, según el Consejo Supremo Electoral, CSE.
De acuerdo con este órgano electoral, en los comicios participó el 65,34% de la población habilitada para votar. Sin embargo, el observatorio multidisciplinario independiente Urnas Abiertas halló un 81,5% de abstención.
(Nicaragua, la otra Venezuela de Latinoamérica).
Ante esto, Joe Biden, presidente de Estados Unidos, calificó los comicios de ‘farsa’ y la Unión Europea sostuvo que el gobierno carece de legitimidad.
Mandatarios de Cuba, Bolivia y Rusia lo felicitaron por el resultado. Por el contrario, Costa Rica, vecino del país y que refugia a los exiliados nicaragüenses, desconoció las elecciones, del mismo modo que Chile y Colombia.
Estas elecciones se celebraron tres años y medio después de las manifestaciones que exigían la renuncia de Ortega. Estas protestas dejaron al menos 328 muertos y más de 100.000 exiliados. Desde junio de este año se ilegalizaron tres partidos y el gobierno de Ortega ha detenido 39 activistas sociales, políticos, empresarios y periodistas -entre ellos siete aspirantes presidenciales-, que se suman a los 120 opositores que siguen presos desde 2018.
“La integridad del proceso electoral fue aplastada por el encarcelamiento, ‘hostigamiento’ e ‘intimidación’ de opositores”, señaló Josep Borrell, alto representante de la UE para Asuntos Exteriores.
Ortega asumirá otros cinco años como presidente junto con su esposa, Rosario Murillo, quien será vicepresidenta por segunda vez.
AFP/ EFE
