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Rafael Herz

Macron y Taiwán

El peligro que parece desconocer el presidente de Francia es que la defensa del comercio internacional legítimo no se logra independientemente.

Rafael Herz
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Rafael Herz

El conflicto entre China y los Estados Unidos se ha recrudecido alrededor de temas de comercio, de respeto a los derechos humanos y a intereses geopolíticos. El principal tema de discusión sigue siendo, sin embargo, Taiwán. El pasado 8 de abril barcos de guerra chinos circularon alrededor de la isla y aviones hicieron un simulacro de un ataque. Un posible conflicto, si China decidiera invadir y anexar Taiwán, tendría ramificaciones más profundas y complejas que la actual guerra en Ucrania.

Pero a pesar de todo esto, Macron, el presidente de Francia, dio unas declaraciones incomprensibles durante su visita en China. Entre otras, formuló que “no le correspondía a Europa involucrarse en una crisis ajena” y que “la autonomía estratégica” implicaba no seguir a los Estados Unidos en la posible crisis alrededor de Taiwán.

Estas declaraciones sorprendieron al mundo. No solo son extremadamente peligrosas, sino son equivocadas. Así como las democracias de occidente cerraron filas ante la decisión de Rusia de invadir Ucrania, también debe haber un frente común para evitar que la otra gran autocracia tome decisiones que pongan en riesgo la frágil balanza geopolítica. El buscar crear una separación artificial entre los intereses de los EE. UU. y los de Europa frente a un posible ataque a Taiwán es un enorme retroceso.

No se trata de que la política exterior de Europa sea determinada por la unión americana; se trata de que las democracias liberales demuestren una posición firme de unidad ante el peligro de las autocracias que buscan debilitar los valores de occidente. Y más aún, si algo se debe haber aprendido de la acción de Rusia en Ucrania, es que la invasión de China a Taiwán se logra evitar con demostración de capacidad militar y de fortaleza, y no solo con esfuerzos diplomáticos. Pero además, al Macron señalar que los intereses de Europa no tienen que ver con los de Estados Unidos en Asia, da argumentos para aquellos políticos americanos que buscan reducir el apoyo a Ucrania señalando que es un tema europeo. Así, lo que está logrando el presidente francés es debilitar un apoyo mutuo al dejar entrever que existen intereses distintos entre Europa y los EE. UU. en diferentes áreas de influencia.

Ahora bien, ¿qué pudo haber llevado a Macron a dar esas declaraciones? En este momento su aprobación en Francia es la más baja en cuatro años, en gran parte por la valiente defensa de una impopular reforma al sistema pensional. En ese contexto, pareciera que está buscando lograr aprobación en su país ante lo que parece ser un popular distanciamiento de los Estados Unidos. Como tantas otras veces, se trata de un líder buscando distraer de problemas internos al crear un ambiente divisorio con sus aliados en temas de política exterior. El peligro que parece desconocer el presidente de Francia, es que la defensa del comercio internacional legítimo y de importantes aspectos sociales y ambientales no se logra independientemente, sino solo la alianza entre las potencias a ambos lados del Atlántico podrán detener a una China que desconoce esos valores.

RAFAEL HERZ
Analista Internacional

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