Posterior a la expedición del protocolo para los establecimientos, mediante la resolución 1313 del pasado 3 de agosto, los gimnasios en Colombia empezaron un proceso gradual de la apertura de sus sedes.
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Las directrices para su funcionamiento establecieron, entre otras cosas, la necesidad de un sistema de agendamiento de turnos en línea, la prohibición de ingreso a personas con enfermedades de riesgo, la desinfección permanente, y el distanciamiento de 2 metros de radio por persona.
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“No ha sido fácil, pues por razones obvias como el temor al contagio y la crisis económica, hemos perdido una cantidad importante de clientes”, destacó Daniel Rodríguez, director de Mercadeo de Stark.
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Y es que si bien con los afiliados que permanecen se ha ido ampliando poco a poco la capacidad, los niveles de asistencia, como comenta el empresario de esta cadena, está llegando actualmente al 40% de la que se tenía en el mismo periodo del año anterior.
Respecto a la confianza, Gigliola Aycardi, vicepresidenta ejecutiva de Bodytech, dice que esta ha sido una dificultad por “los mitos de que los centros son lugares de contagio, a pesar de la evidencia científica que lo contrarresta”.
Investigaciones como la de THINK Active de EuropeActive, mostró que, “la tasa de infección registrada en los gimnasios de Europa es solo 0,78% por cada 100.000 visitas. En Latinoamérica, nuestra empresa, después de 100 días de reapertura, registra unas 1,6 millones de visitas con un 0,000034% de casos positivos”, agregó la vocera.
En julio, los gimnasios en Colombia, que instaban abrir sus sedes, revelaron que las cadenas más representativas generaban cerca de 20.000 empleos y tenían 1,7 millones de usuarios activos. Por cada mes de confinamiento que estuvieron cerrados, el sector dejó de percibir unos $100.000 millones. Aunque hoy, para poder consolidar la reapertura, las inversiones también han sido cuantiosas.
Smart Fit Colombia, con 82 sedes, por ejemplo, destinó un total de $1.000 millones para cubrir los gastos de implementación de bioseguridad. Pero sin lugar a duda, quizá uno de los rubros con mayor monto ha sido el de tecnología, ya que las empresas tuvieron que cambiar el reconocimiento dactilar por plataformas de reservas en línea.
“Al ser una de las exigencias que incluyó de último momento el Gobierno, hemos ido ajustando el proceso para hacerlo más simple y rápido. Actualmente el código QR de reservación está en la última etapa de ajuste”, apuntó David Raya, director general de Smart Fit.
Y más allá de la logística, estos nuevos procesos han representado un reto mayor para las compañías en términos de pedagogía con sus clientes.
En este sentido, para César Casallas, fundador de Spinning Center Gym, al principio lo más difícil fue acostumbrar a las personas a reservar con tiempo, cumplir la reserva y llegar puntuales. “Tuvimos que aplicar penalidades para aquellos que reservaban y no iban al gimnasio; y dar margen máximo para ingresar a la hora reservada y así crear el hábito de llegar puntual”, dijo.
No obstante, el aprendizaje ha sido bidireccional, pues las empresas han entendido que las personas quieren entrenar más de una hora y han sido flexibles en la liberación de reservas, como en el caso de esta última firma.
LAS PROYECCIONES
De acuerdo con el portal económico Sectorial.co, se estima que en Colombia el 3,72% de la población asiste a gimnasios, es decir, 1,67 millones de personas. Cifra muy por debajo de países de la región donde la participación es del 7%, e inferior aún más a las estadísticas de Estados Unidos (20%) y Europa (15%).
Ante este contexto y teniendo en cuenta la pandemia, las marcas coinciden en que el 2020 cerrará para la industria con una reducción de ingresos que oscila entre el 50% y el 70%, y entre un 20% y 25% de empleos menos en el sector.
Colombia es, sin embargo, el quinto mercado más grande de América Latina, con 1.752 gimnasios, después de Brasil, México, Argentina y Chile. Y en el que cada vez surgen más competidores.
Ese es el caso de Cyglo, una cadena de gimnasios boutique que, como resalta su fundadora Nathalie Aghion, tuvo que reinventarse ante la pandemia y ahora, además de las clases presenciales, ofrece toda una plataforma de clases en línea.
Juan Sebastián Montejo CRO de Fitpal, la aplicación que ofrece servicios en línea en los ejes físicos, emocional y de comunidad, y que ha venido creciendo exponencialmente desde 2005, finalizó, a su turno, diciendo que se enfocaron en el trabajo con empresas, hecho que influyó para que al cierre del año proyecten ganancias por US$500.000.
