Teresa Viejo, coach empresarial invitada recientemente por el Foro de Presidentes, plantea la necesidad de que las empresas entrenen alrededor de la curiosidad a sus equipos. Está en cada uno de nosotros y hay que entenderla como una herramienta para la mejora, para el florecimiento de las personas y los equipos, argumenta.
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¿Qué es la curiosidad?
Es una fortaleza y quizás lo que es consustancial a la esencia humana se termina menospreciando porque ya está ahí. Pero para advertir un alto comportamiento curioso hay que hacer un entrenamiento de la curiosidad, como a mí me gusta decir, hay que muscular la curiosidad. Es verdad que se requieren habilidades que indiquen de qué manera el individuo, el trabajador o el líder se abre al cambio, pero no se especifica qué tipo de disposición se requiere para ello es la curiosidad.
¿Qué factores juegan en contra de ser curioso?
En realidad, el motivo por el cual no implementamos la curiosidad en nuestro comportamiento es multifactorial. No hay una sola explicación. A veces cabe pensar que el hecho de que la curiosidad esté mermada funciona en paralelo al déficit de atención, que es algo de lo que nos están alertando neurocientíficos. También está el hecho de que tengamos pantallas que estén captando nuestra atención como un elemento que agudiza el déficit de curiosidad, lo cual también influye en la idea del pensamiento único. Es decir, cuando en una sociedad determinada se trata de dirigir el criterio y a la opinión pública, también se está mermando la curiosidad por la cual rechazamos lo que nos viene impuesto y buscamos nuestro propio criterio y opinión respecto de algo. Y la curiosidad no es cómoda, porque siempre cuestiona al líder.
Además, la tecnología y las redes sociales, captan nuestra atención en exceso, nos producen dopamina también y merman nuestra capacidad de investigación científica. También hay un matiz educacional, los niños que han sido educados en un apego seguro tienen muy interiorizado que ante la exploración van a recibir una recompensa, no un castigo.
¿Ahí surgen los emprendedores?
Una parte del emprendimiento viene dado por un apego seguro. En el fondo, un emprendimiento no es sino un comportamiento exploratorio, Entonces, si en un trabajo premian tu iniciativa se estimula la curiosidad.
¿Cómo entrena a las empresas?
He creado una propia metodología que llamo Be Curious Project, que mezcla herramientas, instrumentos muy validados en los cambios organizacionales y en los procesos de transformación. Una es la búsqueda apreciativa, otras son el coaching apreciativo y el design thinking. Son dinámicas muy interactivas, transversales, tratando de que cuando las hacemos en los equipos de trabajo haya personas muy diferentes, de diferentes edades, de diferentes cargos, competencias y preparaciones y formaciones en las organizaciones. Y la verdad es que el resultado práctico, o sea, mi evidencia práctica es muy buena.
¿Qué necesidades de una empresa se pueden resolver?
Por ejemplo, que los empleados, además de cumplir órdenes, propongan ideas, tengan creatividad. Otras podrían desear que se genere el intraemprendimiento o que haya comunicación transversal entre los equipos. Me han contratado para una dinámica en la Comunidad de Madrid porque el departamento de empleo quiere que los trabajadores de más de 50 tengan aprendizaje continuo. Las empresas también quieren que se oriente a una mayor percepción de salud física, mental y emocional porque es uno de los objetivos más prioritarios tras el covid.
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Teresa Viejo, creadora del Instituto de la Curiosidad
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Ya que se asocia a los primeros años ¿Es complejo estimularlas en los mayores?
El estudio científico más interesante es uno que se hizo en Japón y se midió el comportamiento curioso en todas las edades. Los mayores seguían teniendo altos niveles de curiosidad. Ahora bien, es necesario explicar algo que no todo el mundo conoce, no hay una única curiosidad. Están aceptadas cinco dimensiones de la curiosidad. Hay dos bastante transversales una, la alegre que nos lleva a disfrutar. Y hay otra que está ligada al aprendizaje y a los libros. Esa tampoco se suele perder. Hay una tercer dimensión, alineada al riesgo y a los niveles de adrenalina y decrece con la edad porque cuando somos mayores ya no toleramos tanto la sorpresa.
¿Cuáles son los demás tipos de curiosidad?
Está la curiosidad social que nos lleva a conectarlos con las personas y está la relacionada con querer probar cosas nueva en el sexo. Luego hay otra curiosidad que pone foco en la solución de problemas que es la más valorada en las empresas. Ante un reto, un dilema, algo que hay que hacer, una novedad, un producto, lo que haya que abordar, no sea angustia, si las cosas no salen como buscan, no tienen decisiones, sino que tienen una gran claridad para focalizar cómo se puede resolver algo.
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CONSTANZA GÓMEZ GUASCA
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