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Empresas

27 ago 2019 - 10:00 p. m.

Nueva cara para el país a través del diseño

David del Valle destaca que compartir acciones y conocimientos ayudarán a crecer a las empresas y a Colombia.

David del Valle

Para David del Valle, compartir no es que una empresa grande quiera absorber a una pequeña, eso es aprovecharse.

Archivo particular

POR:
Portafolio
27 ago 2019 - 10:00 p. m.

En The Coolbook 2 usted escribe un capítulo acerca de la colaboración. ¿Por qué es tan importante esta tendencia para las empresas, basada en la acción de compartir?

Esta tendencia, más allá de un concepto técnico, es una necesidad en todas las industrias. La sociedad se dio cuenta de que cuando se comparte, así sea un mensaje por texto, se ahorra tiempo. No solo la gente, sino los medios y la industria saben que al compartir aumentan las posibilidades de éxito de los proyectos, porque esa acción permite recibir opiniones y logra que haya un crecimiento en comunidad.

(Lea: Ventas al exterior de textiles y confecciones, con buena cara)

¿Cuál es el tema central del texto que desarrolló para el libro de diseño The Coolbook 2 de la firma ImasD?

Me enfoco en la colaboración como una necesidad fundamental para desarrollar empresas, desarrollar industrias y darles continuidad a los proyectos y las ideas.

(Lea: El 30% de los textiles que se consumen en el país son ilegales)

Sin la colaboración no hay forma de que los procesos crezcan en el tiempo. Igualmente, llamo la atención sobre el cambio de concepto de “yo lo sé todo, yo soy el único que sé” por “qué bueno que otros me ayuden a hacer de mi proyecto algo más grande”.

Las empresas están viendo que la colaboración cada vez más es importante. Si yo veo que alguien está haciendo algo mejor que yo, en lugar de bloquearlo debo buscar su ayuda o la forma de hacer un trabajo conjunto para producir algo diferente.

¿El modelo de colaboración en el diseño es una tendencia nueva?

Creo que la colaboración siempre ha existido. Pero pienso que comenzó a volverse una tendencia global en los últimos 10 años a partir de empresas y plataformas que basan toda su actividad en la colaboración, como es el caso de Uber, AirBNB, Facebook, WhatsApp e Instagram. Estas empresas determinaron la acción de compartir como una forma de generar nuevas actividades económicas.

¿De qué depende que un caso de colaboración sea exitoso y produzca el resultado final esperado?

Lo más importante es que la colaboración sea genuina y responsable, o sea que no se comparta solo por el hecho de robar los créditos de una persona a la otra, sino que ambas partes busquen la decisión de crecer con la misma cantidad de beneficios.

Compartir no es que una empresa grande quiera absorber a una pequeña, eso es aprovecharse. Ojalá que las compañías grandes ayudarán a crecer a las pequeñas.

¿En su experiencia como diseñador industrial en qué tipos de proyectos o productos ve usted plasmado el tema de la colaboración?

He desarrollado productos a partir de un sistema de regalías, una modalidad en la que hago un diseño para una compañía, el cual espero que sea exitoso y recibo ganancias a partir de sus ventas.

Este modelo es beneficioso tanto para esa empresa como para mí, puesto que ellos no tienen que contratar a todo un estudio de diseño para su producto, mientras que yo recibo regalías por muchos años, en lugar de cobrar por un trabajo específico. Es decir, vamos juntos en las ganancias. Un ejemplo de esto son las bancas de la empresa Konkretus que diseñé para uso semipúblico en centros comerciales.

¿Qué otro ejemplo de colaboración ha visto en Medellín, su ciudad?

Recibí una invitación de Parques del Río para colaborar con el diseño de varias piezas como bancas y bebederos.

Para mí ha sido una de las colaboraciones más importantes porque pude plasmar mis ideas de ciudad. Una de las cosas que un diseñador debe buscar es que sus creaciones lleguen a muchas personas.

¿En el Medellín Design Week, evento del que usted es director, también se pone en práctica la tendencia de la colaboración?

Sí. Cada año tengo que conseguir más de 400 millones de pesos para poder hacer el evento donde más de 2.000 personas asisten a conferencias, exhibiciones de diseño, reuniones de negocio, talleres y eventos privados.

Para poder hacerlo realidad debo compartir con muchos actores de la ciudad como hoteles y empresas. Para mí es un trabajo de mucha pasión y gusto en el que busco poder compartir con mis propios colegas para que ellos, así sean mi competencia, tengan una plataforma de difusión a nivel mundial y puedan ser grandes. Esta es mi forma de compartir.

¿Cree que en Colombia existe un buen nivel de colaboración entre las empresas y las industrias?

En Medellín conozco muchos casos de colaboración, pero en el país creo que todavía falta mucho. Este tiene que ser un movimiento en el que no solamente participen unos pocos estudios de diseño sino todos los que existen en el país. En Colombia puede haber alrededor de unos 100 casos de colaboración entre empresas y estudios de diseño, que es muy poco.

Cuando tú vas a Sillicon Valley (Estados Unidos), que obviamente es otra escala, vas a ver miles de colaboraciones al mes. En los próximos años habrá una nueva cara del país a través del diseño, con base en la colaboración.

Debemos cambiar esa opinión de que el diseño solo es para la gente rica: el diseño es una experiencia de vida que todos queremos.

¿Cuál cree que es el propósito más importante de la publicación de The Coolbook 2?

Colombia es un país que no tiene memoria y al no registrar nada, al no poner puntos de discusión y de opinión de los propios colombianos, no tiene cómo construir un conocimiento ni un intelecto como nación.

Tenemos un exceso de información sobre la guerra y la violencia, pero necesitamos más información de cosas positivas, no importa si se trata de un libro de diseño, de arte o de teatro.

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