Rappi, compañía tecnológica respaldada por SoftBank que se ha convertido en una de las ‘startups’ más valiosas de América Latina, está lidiando con despidos mientras lucha contra los reclamos en un tribunal de Estados Unidos de que robo secretos comerciales para desarrollar su negocio de entregas.
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La empresa con sede en Bogotá dijo que está recortando el 6% de su fuerza laboral mientras ajusta su equipo de tecnología. También se defiende contra una demanda judicial en la corte federal de San Francisco en la que tres empresarios colombianos alegan que el cofundador de Rappi copió sus planes cuando desarrollaba la aplicación.
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El director ejecutivo, Simón Borrero, está acusado de robar los secretos comerciales en 2015, cuando él y la compañía de desarrollo de software Imaginamos fueron contratados para trabajar en una aplicación de entrega que se llamaría Kuiky.
Posteriormente, Borrero lanzó Rappi ese mismo año, según la demanda. Rappi dijo que se defendería enérgicamente, tras calificar las acusaciones como "objetivamente incorrectas" en un comunicado.
Si bien se negó a comentar los reclamos en detalle, la compañía dijo que registró su marca comercial con las autoridades colombianas y su nombre de dominio de internet a mediados de 2014. Desde su lanzamiento, Rappi se ha expandido por toda América Latina, contratando a decenas de miles de transportistas para entregar pedidos de todo tipo, desde comidas de restaurantes hasta órdenes de farmacias.
Desde entonces, la empresa se ha ramificado en otros sectores, incluida la tecnología financiera. El año pasado, la compañía recibió una inversión de hasta US$1.000 millones de Visión Fund de SoftBank. El financiamiento estableció el valor de Rappi en cerca de US$3.500 millones.
