Carlos

Nuestra Política de Tratamiento de Datos Personales ha cambiado. Conócela haciendo clic aquí.

close
Gonzalo Gallo González

Sobreproteger no es amar

El amor es liberador y jamás castrante. Ámate para poder amar.

Gonzalo Gallo González
POR:
Gonzalo Gallo González

Padres y abuelos, ojo con la obsesión de cuidar al niño tanto, que llenan su mente de miedos. Amar es encargarse de él y la presencia es fundamental, pero sin asfixiar ni sobreproteger. Sirve una actitud más relajada y más abierta para saber que, con frecuencia, “ayudar” es nefasto.

Hay actos de “ayuda” que en realidad limitan e impiden que alguien tenga resiliencia e independencia. Es bueno cuestionar la idea de que las necesidades y deseos del niño deben ser atendidos “siempre y ya”.

La Dra. Adrie Kusserow hizo un estudio en Nueva York, con niños de familias de élite y de la clase obrera. A un niño de la élite lo veían sus padres como alguien que necesita de un cuidado constante. También de motivación permanente, como si fuera muy frágil e incapaz de superar barreras.

¿Le ayudas al pequeño o adolescente con todo para que no se equivoque? ¿Te cuesta decir “lo dejo, él puede”? ¡Ay! eres del club de sobreprotectores y llamas amor a tu inseguridad y a no confiar y soltar. Cuidar y proteger es natural, pero todo tiene sus límites, y lo sano es huir de los extremos.

La protección es necesaria para mantener a los niños a salvo de peligros y daños físicos. Lo grave es tomar decisiones por ellos, no permitir que se muevan solos y resuelvan sus conflictos. Todas estas actitudes tienen consecuencias muy negativas para su crecimiento y desarrollo. Un niño sobreprotegido crece con frágil amor propio y se siente incapaz de afrontar lo que es exigente. Se siente malogrado y molesto con facilidad por no saber manejar la frustración, y es inseguro en sus relaciones.

Padres y abuelos, un niño sobreprotegido crece con esa inseguridad que ve en los adultos. Su amor propio es bien precario, y su confianza y creencia en sí mismo se ven mermadas. Se ve incapaz de hacer cosas por sí solo porque está acostumbrado a que los adultos se lo hagan todo.

Se frustra con facilidad porque no sabe hacer las cosas por sí mismo. Cuando se enfrenta a una situación exigente solo, y no sale como el adulto piensa, se enfada y se siente mal. Debido a la baja tolerancia a la frustración tiene rabietas y berrinches continuos. Los adultos también sienten rabia y les resulta difícil hacerle entrar en razón. Está alerta y no llames amor a la sobreprotección. Tu niño será fácilmente un ser inseguro y con pocas habilidades sociales. ¿Eso es amor? Eso es odiarlo, aunque te cueste reconocerlo.

El amor auténtico enseña a volar en vez de cortar las alas. Padres, abuelos y adultos, no se enfoquen tanto en preparar el camino para los niños. Antes bien, den lo mejor para prepararlos para el camino.

El amor es liberador y jamás castrante. Ámate para poder amar.

GONZALO GALLO G.
​Escritor y conferencista

Destacados

Más Portales

cerrar pauta