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Carlos Enrique Cavelier

Las letanías sobre las pruebas Pisa

Nunca ha habido un gran colegio sin un gran rector que le haya dedicado por lo menos una década a su institución.

Carlos Enrique Cavelier
Coordinador de sueños de Alquería
POR:
Carlos Enrique Cavelier

Sí, la crítica a los resultados de Pisa es una letanía; aferrada rigurosamente a la RAE: “Lista, retahíla, enumeración […]de locuciones o frases”; “insistencia larga y reiterada”. Vestiduras rasgadas por las siguientes semanas para luego caer en el olvido hasta que aparezcan los nuevos resultados 3 años más tarde.

Y del quehacer para deshacer la susodicha ‘catástrofe’? Poco y mucho. Poco en que los cantores de esas letanías quedan cargados como siempre y altamente desinformados sobre las complejidades del sistema para la siguiente versión de la prueba; y están además fuera de contexto de que, cualquier tema en educación toma años modificarlo, así como del gasto por estudiante vs. los países pares ganadores que es casi siempre el triple y por ende el resultado. Mucho en que hay todo un sistema trabajando con cientos de miles de personas para que los ocho millones de niños se matriculen a la edad correcta, lleguen a clases, se les dé el PAE, se entrenen profesores, se les mejoren las condiciones, se construyan nuevos colegios...

Entre las voces positivas anti catastrofistas se destacan la Ministra, Aurora Vergara, que recalcó la resiliencia del sistema con todos sus deméritos durante la pandemia, y anunció medidas de apoyo a la dignificación de los docentes, incluyendo el debate sobre su nuevo sistema de salud. Y la de la Secretaria de Educación de Bogotá, Edna Bonilla, que no solo mostró los avances de la ciudad en las pruebas Pisa, sino que fue destacada por el Banco Mundial como la mejor ciudad en educación en Latinoamérica.

La verdad es que con contadas excepciones que se reflejan claramente en los resultados de las pruebas Saber también publicados esta semana, los colegios públicos en Colombia se hallan en una soledad total.

Esa soledad se refleja en parte por el bajo acompañamiento de la ciudadanía y de la institucionalidad. Envían un rector desde la Secretaría de un Departamento al lejano oeste, este, norte o sur a que llene casi perfectamente los requisitos del conocido principio de Peter en la gerencia: un maestro con cualidades pedagógicas inigualables a manejar otros temas: personal, presupuestos, gastos, recoger dádivas para pupitres, ventanas y baños. Es decir, en la gran mayoría de los casos aprende a prueba y error generando hondas para las que debería estar preparado.

Y esta rectora a largas horas de bus de la capital departamental que solo en contados casos invierte recursos significativos para mejorar la calidad de la enseñanza: no es esta la letanía de la queja, es una enumeración del trabajo que sabemos que hay que hacer por experiencia propia en Cundinamarca en estrecha coordinación con la Secretaria y la Gobernación García. Primero, nunca ha habido un gran colegio sin un gran rector que le haya dedicado por lo menos una década a su institución; y ese gran rector necesita apoyo en su liderazgo y cultura organizacional para dirigir un colegio y su quehacer de recibir y cambiar a los maestros cuando falten; y, segundo un enorme apoyo en su entrenamiento, autoevaluación y re entrenamiento. Tercero, una escuela de padres para mejorar la intercomunicación entre estos y sus colegios; cuarto apoyo en pruebas Saber, esenciales en el entrenamiento de los niños para su mejor rendimiento en ellas.

Y estamos empezando a combatir esa soledad que merecerá pronto otra nota complementaria que no empiece como muchas simplemente a buscar culpables como Fecode y no soluciones…

Carlos Enrique Cavelier
carloscavelier@gmail.com

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