El sector de telecomunicaciones enfrenta grandes retos que, ojalá bien administrados por la industria y el gobierno, puedan convertirse en oportunidades.
En el 2023 MinTIC logró la subasta de 5G. Aunque siempre habrá mayores expectativas económicas y de cobertura, el negocio de telecomunicaciones es complejo, costoso, y no tan lucrativo como se creería.
Colombia tiene grandes obstáculos por sortear. La inclusión digital y un adecuado despliegue van de la mano de que haya condiciones económicas, jurídicas y regulatorias que permitan una rentabilidad que retorne la inversión, un ambiente que fomente la libre competencia - al tiempo de proteger a los usuarios -, y una articulación entre las autoridades para temas como permisos, despliegue y uso de infraestructura.
Otros retos son el alto consumo de energía sin tarifa diferencial, lo que se lleva el 24% de los costos de operación, los altos impuestos como IVA e impoconsumo, además del pago de tasas y contribuciones. El usuario exige la misma calidad en el servicio, a pesar de las barreras regulatorias, geográficas y de industria para lograr un adecuado despliegue.
A pesar de que los usuarios y el consumo de datos aumenta, la rentabilidad es la más baja de la región. El crecimiento de la industria entre 2022 y 2023 fue de tan solo el 9%, aunado a distorsiones como la dominancia en el mercado, junto a onerosas “obligaciones de hacer”.
La subasta del 2020 se salvó por una revisión de precios, la aparición de un nuevo competidor y, la posibilidad de que otros dos competidores pudieran compartir infraestructura y presentarse conjuntamente para pujar por espectro.
Es necesario avanzar en esa ruta ante el desafiante panorama en donde operadores han entrado en procesos de reorganización, otros se enfrentan a su debut en un mercado desconocido, altamente concentrado y con dominancia, y si no se piensa con una perspectiva a largo plazo, el mercado podría sucumbir ante las crisis financieras de un sector en donde las inversiones deben hacerse con mínimo diez años de horizonte, en donde las licencias de espectro se otorgan por veinte años, y en el que las utilidades se ven a muy largo plazo.
La supervivencia del sector dependerá de estrategias que -como la compartición de redes-, permita las integraciones. Si para el caso de Telefónica y Tigo estas optasen por la integración, éste sería un próximo paso en el desarrollo de su acuerdo de compartición de infraestructura, lo que permitirá mayores eficiencias, así como una red única, beneficiando a 35 millones de colombianos y aumentando la cobertura en un 30%, lo que contribuirá a lograr la meta de llevar conectividad al 85% del territorio para 2026.
El mercado ha reaccionado con los movimientos necesarios para sobrevivir y lograr el cierre de la brecha digital ante los inmensos retos del sector, unos en donde la regulación y la política pública aún no han logrado responder adecuadamente.
Andrés Barreto González
Director General De la Espriella Lawyers
andresbarretog@gmail.com
