En 2011 se expidió la ley 1473 en la cual se estableció una Regla Fiscal para garantizar la sostenibilidad en el largo plazo de las finanzas públicas con el propósito de mantener la estabilidad macroeconómica. Se aplica a las cuentas fiscales del Gobierno con la metodología que definió el Consejo Superior de Política Fiscal.
En la norma se observan los siguientes conceptos: balance fiscal total, ingreso total, gasto total, balance fiscal estructural, ingreso estructural, gasto estructural y gasto contracíclico. Adicionalmente se tienen en cuenta los efectos extraordinarios del sector minero energético.
La Regla Fiscal en la ley 1473 se define con una formula donde se determinó que el déficit estructural no será mayor a 1% del PIB a partir del 2022. El comportamiento debe ser decreciente en el balance fiscal estructural. Debió tener un déficit de 2,3% o menor en 2014. Ubicarse en 1,9% o menos en 2018 y menor o igual al 1,0% en 2022.
Para los cálculos se consideran los ingresos y la producción que se genera desde el sector de minas y petróleo. Esto quiere decir que el gasto del Gobierno estará sujeto a la producción petrolera. Ello toda vez que el ingreso del Gobierno va de la mano con los ciclos económicos, los cuales hacen parte de los ingresos estructurales, como también de efectos extraordinarios de la actividad minera.
Ante la restricción para el manejo de la Regla Fiscal, donde los ingresos petroleros determinan el resultado del balance estructural, el cual sirve de parámetro para conocer el cumplimiento de la ley 1473, es absurdo, considerar el comportamiento de un sector que se ha vuelto ineficiente. Además, estancado en razón a que sus mecanismos de exploración y extracción están acéfalos de innovación a pesar de competir internacionalmente. Aquí nacen dudas: ¿No tienen capital humano competitivo que pueda enfrentar la innovación tecnológica y económica?. ¿Llegó la hora de reestructurar totalmente a Ecopetrol, dejar el conformismo y la mediocridad en la forma como hacen la exploración y extracción?.
El desarrollo socioeconómico y la inversión en Colombia no puede estar sujeta a un sector que no avanza en innovación y menos aún, por los resultados de productividad, a un capital humano con conocimientos desactualizados para innovar. Las cifras del sector así lo indican. El promedio en los últimos 13 años, en “Explotación de minas y canteras” (extracción de petróleo crudo; 1.1%), escasamente fue 0.4%. En el 2023 tuvo crecimiento de 0.3%.
Si la inversión en Colombia va a estar determinada por los porcentajes de producción de este sector, que está obsoleto; indiscutiblemente, el crecimiento en infraestructura productiva será también obsoleta.
Garantizar la estabilidad de las finanzas públicas significa: trabajar, producir y generar productividad para incrementar ingresos.
FRANCISCO MONTES VERGARA
Magister en Economía – Magister en Ingeniería.
