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César Caballero Reinoso
COLUMNISTA

El Estado en que creemos

Vale la pena preguntarse sobre los graves efectos de la polarización política en nuestra agenda internacional.

César Caballero Reinoso
POR:
César Caballero Reinoso

Hace unos días un grupo de personas presentamos un “manifiesto por Colombia”. Básicamente es un intento de reflexión sobre los elementos básicos que el Estado Colombiano debería aspirar a cumplir y hoy no lo hace.

Cuando se leen los 13 puntos del manifiesto, así como su introducción, es posible decir que se trata de posiciones que evitan afirmaciones maximalistas y, si bien reconocen los avances de nuestra sociedad y del propio Estado, pueden ayudar a comprender las razones del descontento social.

Algunos han señalado elementos que le faltan, un poco más de cómo es nuestra sociedad, como señaló Santiago Montenegro para explicar porqué no lo firmo. Otros, como Hernán Avendaño, en las páginas de este mismo diario, lo muestran como ejemplo para evitar posiciones dogmáticas y generalizaciones simplistas. En mi caso, quiero leerlo como una excusa para conversar y propiciar diálogos públicos.

Los 13 puntos pueden ser leídos en distintas claves y de eso se trata, que generen voces desde diversos puntos de vista. Por ejemplo, “creemos en un Estado con una política exterior que sea producto del consenso nacional”. Esto es fácil decirlo y es posible que en la forma pocas personas se opongan. Pero en la práctica, ¿cuáles son los elementos de largo plazo y de consenso que hoy tienen nuestra política exterior?

Desde Betancur, el país pareció moverse hacia el multilateralismo, con el fin de hacer contrapeso al gran poder de los EE. UU. en una relación bilateral con nosotros. Por décadas Colombia ha protegido y promovido el derecho al asilo. Nuestro Estado se ha caracterizado por intentar cumplir los pactos firmados, así como honrar su palabra en materia de discusiones diplomáticas. Tenemos un escenario institucional de construcción de consensos, como es la Comisión Asesora en asuntos internacionales. Es decir, existe una larga tradición donde parecemos haber creído que la política internacional del país debe ser de consenso.

Hoy vale la pena preguntarse sobre los graves efectos de la polarización política en nuestra agenda internacional y la forma como la estamos definiendo y ejecutando. Para dar un ejemplo, ¿hace cuánto que la Comisión de Relaciones Exteriores no se reúne con la presencia de todos los expresidentes vivos que hoy tiene el país?

Esto claramente es inconveniente y tiene efectos de perdida de legitimidad y eficiencia en la conducción de nuestras relaciones internacionales. ¿Cómo explicamos que ante crisis tan importantes, como la de Venezuela esta Comisión no haya sido reunida? Por eso firmé este manifiesto, porque creo que la política internacional de nuestro país debe ser de consenso y, si bien necesita expresar énfasis y agendas del gobierno de turno, no tiene por qué debilitar nuestra agenda internacional de largo plazo como sociedad.

Otro de los 13 puntos, señala que “creemos en un Estado que hace presencia efectiva en todo el territorio nacional”. Con acierto algunas personas me han señalado que eso nunca ha ocurrido en nuestro país y tienen razón. De lo que se trata es de expresar nuestro deseo de que así sea y la necesidad de reflexionar sobre cómo alcanzarlo.

Nadie puede ser ciego y negar que en el Catatumbo existe hoy un serio cuestionamiento a la autoridad del Estado Colombiano. Los invito a leer el manifiesto, discutir, argumentar, conversar y reflexionar sobre su contenido.

César Caballero
​Gerente de Cifras & Conceptos

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