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María Sol Navia V.

La paz total se ahogó en sangre

Los líderes sociales continúan siendo asesinados, pero quienes culpaban al presidente Duque por estas acciones criminales, ahora se quedan callados.

María Sol Navia V.
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María Sol Navia V.

El término paz total acuñado por el Presidente y repetido reiteradamente no solo por él sino también por sus funcionarios y periodistas, así como “Colombia Potencia Mundial de la Vida”, título de su Plan Nacional de Desarrollo, están siendo objeto de un desmentido total por parte de los hechos y actos violentos de todos los actores armados, criminales sin ningún rasgo de compasión y que buscan réditos financieros a cualquier precio, y formas de seguir delinquiendo en medio de las garantías que les ofrecen los procesos de negociación.

Estos propósitos han sido bastante esquivos para nuestro país. La historia de la humanidad es de guerras y conflictos permanentes, en medio de los avances y desarrollos científicos y tecnológicos y Colombia no ha sido la excepción. Algunos acuerdos lograron una paz parcial, pero otros abrieron la puerta a nuevos conflictos, como el de 2016, que trajo una insoportable impunidad que sirvió de ejemplo para que otros grupos pretendan negociaciones más favorables cada vez.

En estos momentos la inseguridad en el país ha llegado a límites imposibles, el desgobierno y apropiación de territorios, como el Cauca, por parte de todo tipo de bandas criminales, la amenaza a las elecciones, las quejas reiteradas de gobernadores y alcaldes sobre la incapacidad del Ministro de Defensa que tiene maniatadas y desorientadas a las Fuerzas Militares. El Ejército y la Policía han sido diezmados en sus capacidades y experiencia al retirar de entrada 60 altos militares con sus conocimientos, y posteriormente con el retiro voluntario de otros tantos, ante la falta de claridad de políticas, de mando, de decisiones, y las órdenes de no actuar y permitir que sean secuestrados, asesinados, humillados, desarmados por grupos delincuenciales y osar definir esos actos como “cerco humanitario”, o más recientemente como un “acto de responsabilidad” aceptar el asesinato de otros militares en Tibú.

Un proceso con el ELN, y un acuerdo que violan todos los días con secuestros, así como sus manifestaciones reiteradas de que su plan no es desmovilizarse, ¿para dónde va?
Las distintas bandas criminales matan niños, pagan por asesinar policías, secuestran soldados, policías y civiles, devolviéndonos a épocas oscuras de nuestra violencia.

Expertos han planteado la necesidad de que haya un plan detallado, comunicación clara, oportuna y sobre todo verdadera y otra serie de recomendaciones. Pero la megalomanía y afán de trascendencia global del Presidente conducen a aceptar las exigencias y los delitos sin exigir el fin de Estos.

Los líderes sociales continúan siendo asesinados, pero quienes protestaban y culpaban al presidente Duque por estas acciones criminales, ahora se quedan callados; ¿si antes el culpable era el Presidente y el Gobierno, ahora quién?

Si no hay autoridad, si no hay control, persecución y sanción del delito, menos aún los que delinquen contra el Estado y la población van a estar dispuestos a negociar y ceder nada.

MARÍA SOL NAVIA
​Exmnistra

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