El pasar de los años, diferentes empresas se han consolidado con el tiempo hasta el punto de convertirse en marcas cuyo público objetivo sean personas que tengan un poder adquisitivo muy alto.
De esta manera, compañías como Louis Vuitton, Gucci, Balenciaga, Chanel, Prada, entre otras, se han hecho un nombre como firmas de alto valor, al punto que, al sol de hoy, son reconocidas en el mundo como tal.
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De esta manera, cualquier persona puede pensar que estas marcas solo tienen como público objetivo a aquellas personas que tengan millones de dólares en sus cuentas bancarias, pero se ha evidenciado que la realidad dista de esta afirmación.
Justin Lahart, columnista del diario económico 'The Wall Street Journal', afirmó recientemente que vender a las clases más pudientes no es necesariamente una buena estrategia de mercadeo, esto a razón de que es una población muy reducida como para mantenerse en un mercado cada vez más masivo y convergente.
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Pero, ¿cómo se llama esta estrategia que las llamadas 'luxury brands' han utilizado para justificar los altos precios de sus productos? A continuación le explicamos de qué se trata.
En resumen, esto se define como la acción de darle valor a algo por su precio. En este caso, esto aplicaría como un valor agregado a un producto sustentado en su alto precio.
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Y ojo, aunque las palabras 'valor' y 'precio' puedan hacer pensar en lo mismo, la realidad es diferente. Según la Real Academia de la Lengua Española, la palabra valor hace referencia al "alcance de la significación o importancia de una cosa, acción, palabra o frase", mientras que la palabra 'precio' es definida por la autoridad lingüística como un "valor pecuniario en que se estima algo".
Ya teniendo en cuenta lo anterior, se puede proseguir con la afirmación de Lahart, quien asegura que al cambiar la manera en la que se enmarca el precio de un producto con sus características, los consumidores pueden elegir productos con los que estarían más satisfechos.
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En el caso de los ultrarricos, no es que estas personas no compren artículos de lujo, pero, en la mayoría de las ocasiones, lo hacen con su dinero extra, no con sus ganancias, o sea, no lo hacen de manera rutinaria.
En cambio, según el columnista, loas personas pobres y de clase media, por lo general, compran artículos caros con sus ganancias por cuestiones de estatus.
El sesgo valor-precio es una de las razones que, según afirma Lahart, muchas personas que hacen parte de la llamada clase media concluyen que los productos de lujo son de mejor calidad que los que no lo son.
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