La manzana es quizás una de las frutas predilectas de cualquier dieta, una popularidad que ha ido cosechando no solo por ser uno de los alimentos que más se producen en el mundo, sino por los múltiples beneficios que ofrece a la salud.
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Esta fruta se destaca por ser rica en quercetina y pectina. El primero es mejor conocido por ser un compuesto antiinflamatorio y antioxidante, mientras que el segundo se caracteriza por ser un tipo de fibra soluble que puede ayudar a prevenir el estreñimiento.
Según se explica en 'The Nutrition Source', sitio web de la Universidad de Harvard enfocado en temas de salud y alimentación, las manzanas frescas y enteras ofrecen una mayor cantidad de nutrientes. De hecho, su consumo regular puede contribuir a la reducción del riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
El portal también resalta que el efecto antioxidante de los flavonoides de este alimento puede proteger a las células del daño en el páncreas, un órgano responsable de secretar insulina en respuesta al exceso de azúcar en la sangre.
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Manzana
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De la misma manera, la inclusión de esta fruta en la dieta puede ayudar a la digestión y a saciarse con más facilidad.
Tenga en cuenta que, según Harvard, una porción, o una manzana mediana, proporciona aproximadamente 95 calorías, 0 gramos de grasa, 1 gramo de proteína, 25 gramos de carbohidratos, 19 gramos de azúcar (natural) y 3 gramos de fibra.
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