Llevar adelante una reunión, no suele ser una tarea sencilla. Usar los términos adecuados, hacer que la comunicación sea efectiva y generar confianza en los demás, suele ser un trabajo complejo pero no imposible. Para que tener el encuentro asegurado, tiene que hacer una pregunta muy específica y que sus compañeros o la audiencia se la conteste en tan solo 2 palabras.
La clave del éxito
En una conversación con el pódcast Un poco de optimismo, Brené Brown, autora de 5 bestsellers y protagonista de una de las charlas TED más vistas del mundo, sugiere que importante abrir una reunión con una consulta que le da protagonismo a los presentes. En su caso, sugiere "¿Cómo te sientes, en dos palabras?". De esta manera, se pone el foco en los sentimientos de cada una de las personas que están en la sala y se reduce la posibilidad de que se den respuestas genéricas y se caiga en lugares comunes.
No diga 'bien'
Si bien hay un porcentaje de personas que pueden sentirse "bien" por acudir a un encuentro, suele ser la palabra más fácil de decir y también la que esconde sentimientos más profundos. Es una manera de quitarse la responsabilidad de expresar las verdaderas emociones y esto puede darse por el miedo de ser juzgado por otras personas.
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Al generarse una consigna tan personalizada como expresar en dos simples términos las sensaciones predominantes, se da un espacio importante a que el público acuda a su inteligencia emocional y registren lo que pasa por sus cuerpos.
Felicidad.
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El humor como recurso
Las respuestas a la pregunta de cómo se sienten puede ser un disparador exitoso. Muchas veces las palabras que se usan o las emociones que se generan, pueden desembocar en contestaciones que hagan reír y permitan que los presentes puedan descontracturarse y mostrarse más involucrados con el encuentro. El humor siempre da resultados.
La importancia de la inteligencia emocional
Juliette Han, neurocientífica y profesora adjunta de la Escuela de Negocios de Columbia, que también conversó con la CNBC y dios definiciones muy acertadas sobre cómo repercute hacer preguntas que den espacio a las emociones.
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“Las personas emocionalmente inteligentes aprecian el derecho de la otra persona a reconocer sus emociones en sus propios términos y le dan espacio para hacerlo. Al mismo tiempo, ofrecen su apoyo y muestran que están dispuestos a escuchar esos pensamientos y sentimientos cuando la otra persona esté lista para compartirlos”, concluyó la especialista.
