Además de ser conocida por su amplia cultura y hospitalidad, Colombia es el hogar y el territorio de increíbles paisajes que combinan la playa y el mar. Millones de personas son testigo de la oferta que brinda la naturaleza en el país y ese paradisíaco aspecto que le dan esas aguas azules. Ahora, un reciente estudio reveló cuáles son las características y propiedades que tiene el mar en el ser humano, que lo hacen sentir "en paz" y revitalizado.
La investigación realizada por la Universidad de Málaga y compartida en el sitio The Conversation, precisó que, desde el punto de vista de la neurofisiología, se ha demostrado que la inmersión vertical en el agua genera efectos positivos muy interesantes, como por ejemplo el aumento de la velocidad de flujo de sangre que discurre por las arterias cerebrales medias y posteriores.
"Además, si la inmersión va acompañada de ejercicio de baja intensidad (como caminar en el agua), se consigue la misma velocidad del flujo sanguíneo cerebral que corriendo moderadamente fuera del agua", expresó la experta Amelia Victoria de Andrés Fernández.
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Y añadió: "Unido a este aumento del flujo circulatorio cerebral, los estímulos somatosensoriales que genera el aumento de la presión hidrostática producen un aumento de la actividad cerebral cortical, tanto en áreas motoras como sensoriales o parietales".
Asimismo, habló sobre que sucede si una persona decide sumergirse hasta los hombros. En esta línea, señaló más beneficios como la reducción del edema muscular y un aumento del gasto cardíaco, que favorece el flujo sanguíneo generalizado y el transporte de nutrientes y desechos a través del cuerpo.
"Esta, que se traduce en la reducción drástica de la sensación de fatiga, es la razón por la que se recomienda una sesión de jacuzzi a los deportistas tras un ejercicio intenso", remarcó.
Si quiere nadar, mejor hágalo en el mar
Playa
John Montaño / Portafolio
Por supuesto, que si uno va a la orilla del mar, lo primero que desea es nadar. Y desde ya, que el agua trae consigo muchos aportes de sales y minerales.
"Las fuentes hidrotermales submarinas y las erupciones volcánicas del fondo del mar contribuyen también a mantener elevada su concentración salina (con 35 g/kg de agua por término medio, de los cuales, el 80 % corresponden a cloruro sódico y, el resto, fundamentalmente, a cloruro, sulfato y bromuro de magnesio)", detalló Andrés de Fernández.
Por ello, la experta en biología aseguró que la consecuencia es doble: no solo hay nutrientes en el mar, sino que el hecho de que el agua salada sea más densa que la dulce, facilita la posibilidad nadar, ya que se hace menos esfuerzo muscular para mantenerse a flote.
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"Dicho de otra forma, nadamos más relajadamente en el mar porque flotamos más", remarcó.
Por último, las sales marinas se absorben en la piel, lo que contribuye a "la inhibición de la interrupción de la barrera cutánea causada por agentes irritantes dérmicos, lo que acelera su recuperación y previene su sequedad".
"Este hecho es especialmente interesante en el tratamiento de enfermedades cutáneas como la dermatitis de contacto o la psoriasis y ha supuesto la consideración de los baños de mar como terapia adyuvante en el tratamiento de la dermatitis crónica", concluyó la experta.
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