Hábitos como la alimentación basada en comidas rápidas y el sedentarismo están socialmente ligados con la obesidad o sobrepeso,
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Sin embargo, poco se habla de un factor casi omnipresente en cada cuerpo que puede estar provocando aumento de peso, incluso, sin haber comido en grandes cantidades o no tener un estilo de vida saludable.
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Según explicaron Raquel Soler Blasco, investigadora postdoctoral en Salud Ambiental, Universitat de València y Sabrina Llop, investigadora postdoctoral Miguel Servet, Fisabio para la 'BBC', se comprobó en los últimos años que existen compuestos químicos en el ambiente que pueden tener influencia en el desarrollo de tejido adiposo en el cuerpo, provocando así aumentos de peso en las personas.
Las expertas explican que estos son llamados obesógenos, los cuales producen aumento en la masa grasa del cuerpo solo con una exposición a ellos mediante a la ingesta, contacto o inhalación de aire contaminado.
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Estos se encuentran presentes en productos de uso diario, como detergentes, alimentos, envases de plástico, ropa o cosméticos.
Obesidad
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La realidad, según la ciencia, es que estas sustancias no provocan obesidad por sí mismas, sino que estimulan el exceso de peso a través de distintos mecanismos; entre estos, el aumento del número y tamaño de los adipocitos, las células encargadas de acumular la grasa en el cuerpo.
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De igual manera, las expertas aseguran que se ha podido observar que la exposición también tiene efectos colaterales en las hormonas.
Los efectos son variables, pues está comprobado que su desarrollo depende, en gran parte, por el momento o etapa de la vida en la que hay una exposición. Las etapas tempranas de la infancia tienden a ser las más vulnerables.
Entre varios consejos dados por las expertas, citadas por la 'BBC', se encuentran:
-No fumar.
- Disminuir el consumo de alimentos y bebidas envasados.
- Reducir el uso de plásticos, así como de ciertos cosméticos y lociones.
- Limitar el consumo de alimentos con pesticidas.
- Reciclar y reutilizar todo lo que podamos.
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