Por lo general, al momento de sacar algún alimento de la nevera y ver que tiene hongos es un indicio de que dicha comida ya está echada a perder.
Sin embargo, esto no ocurre con todos los alimentos sucede lo mismo. En algunos casos, la aparición de moho no amerite desechar el alimento.
Uno de estos casos es el del queso, o mejor, de algunos tipos de queso, pues la aparición de estos hongos es lo que, al final, determina el componente gustativo y olfativo, como el caso del queso azul o del queso Camembert.
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Pero, ¿es peligroso comer queso con hongos?
El factor de riesgo depende casi en su totalidad por el tipo del moho que se desarrolle en cada tipo de queso. Esto se debe a que muchos hongos, sobre todo los que retoñan en quesos madurados, producen microtoxinas y un consumo alto de este puede causar problemas para la salud.
Frente a esto, también hay que tener cuidado con los tipos de queso en los cuales el desarrollo de hongos se genera de manera espontánea, superficial y no controlada o los que se deterioran de forma natural.
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Según explica 'Mayo Clinic' los quesos blandos, como el cottage, el crema y el requesón a los que les salga moho, no se deben consumir, así como todo tipo de queso rallado, desmenuzado o en rodajas.
Queso azul
iStock
"Con estos quesos, el moho puede enviar hilos por todo el queso, de modo que contamina más de lo que se ve. Además, las bacterias dañinas, como la listeria, la brucella, la salmonela y la E. coli, pueden crecer junto con el moho", mencionan.
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Sin embargo, no todos los mohos representan un riesgo para la salud del consumidor. Los expertos de Mayo Clinic aseguran que algunos tipos de moho se utilizan para hacer quesos, como el brie y el camembert.
"Los adultos sanos pueden comer estos mohos. Sin embargo, las personas con sistemas inmunológicos debilitados, adultos mayores, mujeres embarazadas, bebés y niños pequeños deberían evitar estos quesos, así como otros quesos blandos y quesos elaborados con leche no pasteurizada", apuntan.
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