A comienzos de este mes, Elizabeth Francis, de 115 años, se convirtió en la persona más longeva de Estados Unidos y en la quinta de más edad en todo el mundo. La noticia dio vueltas por el mundo y por esta razón, la protagonista de esta historia decidió contar algunos de sus más profundos secretos sobre cómo hizo para vivir tantos años. Aunque no lo crea, no está relacionado con su alimentación o algún tipo de comida en especial.
Una vida plena
Más allá de las diferencias culturales, tener una vida lo más larga y de mejor calidad posible representa una búsqueda común para la mayoría de las personas. Y aquellos que lograron llegar a una edad avanzada suponen una fuente de inspiración, ya que no solo recuerdan que es posible hacerlo, sino que en ocasiones dan a conocer sus claves para lograrlo.
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Según datos de LongeviQuest, durante los últimos años Elizabeth Francis brindó una serie de entrevistas en las que se refirió a cuál es el secreto para llegar hasta su edad.
Elizabeth Francis en su juventud
Fuente: LongeviQuest
La fórmula de la longevidad
A sus 115 y tras volverse una de las personas más longevas del mundo, Elizabeth Francis tiene algunas lecciones para darle a quienes estén interesados en tener una vida larga.
Su nieta Ethel Harrison reveló algunos aspectos de su vida y destacó que su abuela siempre fue muy activa. Además de caminar regularmente hasta los 90 años, luego de jubilarse, continuó trabajando con tareas domésticas, siempre según lo que podía dar su cuerpo.
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Su familia también resaltó que Elizabeth Francis nunca fumó ni tomó alcohol, lo que sin dudas ayudó a su calidad de vida y a llegar a una edad avanzada en buen estado.
Remarcaron, a su vez, que siempre comía comida casera y que jamás consumía alimentos procesados.
La genética, un factor que ayudó a la longevidad
A pesar de que la clave estuvo en su estilo de vida y sus costumbres, la genética sin dudas fue una ventaja para Elizabeth Francis.
Mientras que su hermana mayor llegó a los 106 años y su padre a los 99, actualmente la mujer vive en una residencia junto a su hija de 94 años. Desde esa perspectiva se puede ver que el factor hereditario tuvo su influencia.
Por otra parte, Francis sostiene que estar rodeada de sus afectos y recibir día a día el cariño de su familia, la han mantenido firme y con ganas de seguir celebrando la vida.
