La industria del acero en Colombia está atravesando una situación crítica debido a las prácticas de competencia desleal que se han venido presentado como resultado de los excedentes de este material provenientes de China.
El gigante asiático tiene una cuota global de mercado del 54 por ciento y la crisis inmobiliaria al interior de ese país ha liberado cerca de 120 millones de toneladas de acero que llegan a mercados como el colombiano en una práctica de ‘dumping’.
“Estas prácticas de competencia desleal, provenientes de países como China, Rusia, Turquía e incluso Perú, se materializan en precios predatorios que afectan la sostenibilidad de la industria. La actual situación que vivimos no es producto de una mejor tecnología o de una mayor competitividad de la industria; sino del ingreso de unos excedentes de acero que por su precio distorsionan el mercado”, explica Daniel Rey, director ejecutivo del Comité Colombiano de Productores de Acero de la Andi.
En efecto, se han registrado unos precios de importación hasta un 40 por ciento por debajo de los valores de referencia en otros mercados, llegando a ubicarse incluso por debajo de los costos de producción.
Debido a la situación, el precio del acero ha presentado sensibles reducciones, lo que se suma a la situación actual del sector constructor.
“Particularmente, nos preocupa Boyacá, cuyo PIB (en un 10 por ciento) depende de la industria siderúrgica y que concentra el 60 por ciento de la producción de acero de Colombia”, advierte el director ejecutivo del Comité. Según el gremio, se han presentado pruebas de estas prácticas ante el Ministerio de Comercio Exterior.
Sin embargo, aún no se firman decretos para imponer medidas de defensa comercial. En la práctica, estas elevan de manera temporal los aranceles con el objetivo de igualar las condiciones del mercado.
ACERO EXTRANJERO CONTAMINANTE
La producción de acero en China genera cerca de 2,2 toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), mientras que en Colombia ese volumen llega a 0,67 toneladas. Esto resalta la importancia de priorizar el acero local no solo por el impacto económico si no también por razones ambientales. Daniel Rey argumenta que “no tiene sentido que se consuma un acero con una huella ambiental alta y que afecta sensiblemente las oportunidades laborales y los ingresos de miles de familias. La situación que estamos viviendo pone en serio riesgo el tejido social e industrial que incluye, entre otros actores, a cerca de 15.000 recicladores”.
El Comité Colombiano de Productores de Acero de la Andi hace un llamado al Gobierno para actuar con urgencia y salvaguardar tanto el empleo como el tejido social del país.
