Reducir el costo del crédito, paso vital para la recuperación de la agricultura

Como estrategia para la reactivación económica del país, y en este caso del sector de la agricultura, desde el Gobierno se propusieron una serie medidas como la democratización del crédito agropecuario.

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En el marco del Foro de Reactivación Económica, organizado en Manizales, la ministra de Agricultura, Martha Caravajalino, resaltó la necesidad de realizar una colocación de recursos para capitalizar la actividad del campo, y en pocas palabras, para poner a producir la tierra de grandes, medianos y pequeños productores.

Si bien a este renglón lo aqueja la falta de acceso para alcanzar esos recursos, para la jefe de la cartera el crédito de fomento creado desde el año 1990 no es simplemente una opción financiera más, sino que es una de las soluciones para alcanzar la recuperación del sector.

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En ese sentido, la hoja de ruta para alcanzar esos objetivos se basa en la flexibilización, disminución, y caso de que sea posible la eliminación, de los requisitos y trámites excesivos en la gestión de los créditos y atención a los destinatarios.

Así mismo, ampliar la cobertura de garantías estatales, los plazos en la estructura de pagos y actualizar las categorías que definen las clases de destinatarios del crédito de fomento. Agregan la creación de un nuevo modelo de riesgo financiero que reconozca la especial condición del campesinado y de la ruralidad, tanto de sujetos de especial protección constitucional y del crédito agropecuario, que es el único protegido constitucionalmente.

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“Esto se trata de colocar crédito para una apuesta productiva de país. Debemos impulsar y fortalecer la producción de alimentos en la cadena pecuaria y en las agrícolas, que por años hemos dejado a la volatilidad del mercado. Se trata de poner recursos para solucionar los retos que se imponen, no sólo en la construcción de la democracia, sino también del cambio climático en nuestra agricultura”, explicó la Ministra.

Y es que justamente los pequeños productores y campesinos del país, sienten que las políticas de crédito no están funcionando. De acuerdo con Nelson Viloria, directivo de la Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria (Fensuagro), hay campesinos que han perdido la tierra por la falta de recursos gestionados a través de esas líneas financieras.

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Según Viloria, para el pequeño productor y para el campesino, el acceso a esos recursos es “difícil” y “complicado”. “Bajo este modelo económico, si no se llega a la profundización de la reforma agraria con la ayuda del banco, no va a haber una transformación real porque no viene favoreciendo a los campesinos, a los afro y a la población étnica del país”, detalló.

A su turno, el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Jorge Bedoya, manifestó que en el campo el éxito no se mide por la colocación del crédito, sino por el costo del mismo, por los plazos y los motivos de utilización.

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“Todo esto que se viene construyendo debe servir para que, más allá del monto del crédito, el costo sea mucho menor. Se nos viene La Niña y en el tema del aseguramiento de las cosechas cuando uno mira lo que ocurre en la siniestralidad de los créditos de nuestros productores siempre aparecen dos variables, volatilidad de ingresos o precios y el tema del clima”, señaló.

Agregó que lo que realmente necesita el productor es saber cuánto le vale el crédito y si tiene herramientas de incentivo. “Acá hay dos temas fundamentales, el subsidio a la tasa de interés y el subsidio para la prima de los seguros contra el cambio climático”, dijo Bedoya.

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Por otra parte, Olber Ayala, director de Ciencia y Tecnología de Fedegán, resaltó que el dolor de cabeza de muchos ganaderos es, en primer lugar, el costo de la tasa de interés de los créditos, en segundo, las garantías que tienen y además las amenazas, por lo que se debe avanzar en materia de aseguramiento.

En ese sentido, el directivo le pidió a la jefe de cartera revisar con minuciosidad el crédito para los lecheros que hoy enfrentan una situación de crisis, así como también para todos los actores del agro y además involucrar en la política pública el acompañamiento técnico para los sectores, donde los servicios de extensión hasta hoy “están congelados”.

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Si bien la discusión de reactivación se torno hacia el crédito agropecuario, las dos entidades base del Gobierno, el Banco Agrario y Finagro, vienen implementando una serie de medidas para dar acompañamiento a este factor económico.

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Según Alexandra Restrepo, presidenta de Finagro, actualmente el financiamiento del agro tiene un modelo privilegiado, pues con las inversiones forzosas se pueden gestionar una serie de créditos para las dos clases que maneja esta banca de segundo nivel.

Explica que a junio del 2024 la cartera para estas colocaciones cuenta con cerca de $26 billones, donde se divide el 50% de los títulos de desarrollo para la clase A y clase B, siendo el requerido bruto de cada una de ellas de un poco más de $12 billones.

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“De esos $12 billones en los títulos de desarrollo agropecuario, es decir en los títulos clase A, debemos tener presente que el saldo de los pequeños productores es de más de $10 billones. Por esto necesitamos que los recursos que tenemos aquí, que solamente están destinados para los pequeños productores, y que la banca privada haga acuerdos con nosotros y podamos llegar a más”, sostuvo.

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Dicho esto, el presidente del Banco Agrario, Hernando Chica Zuccardi, destacó que esta entidad viene trabajando en tres vías para promover el crédito que se basan en llegar al territorio, poner los recursos y mejorar la capacidad de acceso.

“El Gobierno está acompañando con una política clara de reducción de requisitos. Por eso hasta hoy tenemos 528.909 nuevos clientes de los cuales 336.000 cuentan con algún producto crédito y unos 192.476 están en captación. Además, tenemos arreglos de cartera por $542.911 millones en saldos a capital de 43.248 obligaciones”, concluyó.

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