El sector transportador ha pasado grandes dificultades en los últimos años, y con una demanda en decrecimiento y represamiento en las subidas de algunos insumos como ACPM y peajes, este año se han visto presionadas fuertemente sus finanzas, y para el otro año, el panorama no pretendería mejorar.
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Vale recordar que, como parte de los acuerdos con los transportadores de carga en el reciente paro camionero, se determinó un incremento de $800 en el valor del ACPM divididos de la siguiente forma: $400 en septiembre y los otros $400 el 01 de diciembre del presente año 2024. Este incremento corresponde a un 8,56%. Sin embargo, este valor es menor al inicialmente pactado de $1.904 estipulado mediante decreto inicialmente.
Esta determinación, aunque fue menor, está presionando los costos de los transportadores, y por consiguiente los precios de las tarifas del transporte terrestre y los fletes en la carga.
Así mismo, en lo corrido del año los peajes se han incrementado en dos ocasiones: en enero del 2024 un 13,12 % + 2 % para el fondo de seguridad vial Fosevi y el 01 de agosto un 4,64 % correspondiente al incremento que dejaron de hacer en el año 2023. Esto implica que, en lo corrido del año el incremento por concepto de peajes ha sido del 20,46 %.
“En este sentido, nos preguntamos qué les pasaría a las finanzas de cualquier actividad económica donde el costo de insumos crece al 8,56% y al 20,46%, de un año donde la variación anual del IPC se ubica en un 5,81 %”, señaló al respecto José Yesid Rodríguez, presidente ejecutivo de la Asociación para el Desarrollo Integral del Transporte Terrestre Intermunicipal (Aditt).
Y si bien, en el imaginario se podría creer que estas subidas podrían ser trasladadas al precio final de los tiquetes, con un decrecimiento en el turismo local, las empresas deben ser precavidas a la hora de realizar este ajuste pues podría impactar aún más la demanda.
“Para los empresarios de Aditt, está presión sobre los costos operativos del sector puede generar presiones al alza de los precios de los tiquetes, pero como no estamos en un mercado perfecto, seguramente parte de ese margen deberá asumirlo el transportador con menor rentabilidad, menor inversión y obsolescencia del parque automotor”, agrega Rodríguez.
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Hasta el momento, el festivo de Reyes es el que más personas ha movilizado. El dato asciende a 1,8 millones.
Archivo particular
De acuerdo con las cifras de la Dirección de Estudios de Aditt, para septiembre de este año, el número de pasajeros transportados se ha incrementado en tan solo un 2,92 %, pues hasta esa fecha se habían movilizado 83,2 millones pasajeros, frente al dato del año inmediatamente anterior donde para esa fecha se habían movilizado 80,8 millones.
En el caso del transporte de carga, Nidia Hernández, presidente de Colfecar, asegura que el panorama no es distinto. Manifiesta que el país está enfrentando un panorama preocupante y los ingresos del sector se han venido afectando debido a la caída agresiva de los volúmenes de carga por cuenta del comportamiento de los sectores económicos que demandan el servicio de transporte. A esta dinámica también se suman los costos operativos que vienen presionando los márgenes del sector, esto teniendo en cuenta que sólo el combustible pesa el 40 % de los mismos y peajes el 11,8 %.
“Particularmente sobre los peajes, nos preocupa que en lo corrido de este año ya han incrementado un 18,15%, sumando los incrementos que ya se hicieron en enero y en agosto; pero a ello se debe sumar el incremento que todavía está pendiente del 4,64% en diciembre correspondiente al ajuste que debieron hacer a inicios del año. Y en enero del próximo año, se incrementarían los peajes bajo jurisdicción del INVIAS en lo que cierre la inflación de este año, según el Banco de la República esta sería de 5,5% y los peajes bajo jurisdicción de la ANI conforme a cada contrato firmado entre el gobierno y las concesiones. Es decir, estimamos que entre enero de 2024 a enero de 2025 el incremento de este rubro sería del 30 %”, apunta.
En combustibles, les preocupa no solo las subidas siguientes del combustibles sino que de ser aprobada la ley de financiamiento, el impuesto al carbono que se paga por cada galón Diesel pasaría de $190 a $677, lo que implica un aumento de $487 que no estaban considerados dentro del acuerdo con las bases transportadoras, por lo tanto, “si se aprueba esta ley, el incremento acumulado en el precio del diésel sería de $1.287 también en menos de un año”, dice.
¿Qué sigue?
Entre los acuerdos que se establecieron durante el paro camionero, el Gobierno se comprometió a realizar ajustes estructurales en el sector que les permitan trasladar esos costos de manera eficiente y evitar la ‘negociación de tarifas’ por abajo del Sice-tac (valor del flete estipulado por el Ministerio de Transporte). Sin embargo, preocuparía el impacto que esto podría tener en la inflación, y más teniendo en cuenta que de ajustar en los próximos meses este sistema, se podría subir el valor del ACPM nuevamente en febrero. El valor que le restaría subir al Gobierno para que el precio sea par al internacional son $5.200.
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Medellín, Bogotá, Cali, Villavicencio y Duitama son las ciudades con más tráfico de pasajeros.
Archivo particular
Ante esto, Rodríguez se muestra muy preocupado, pues de por sí, las finanzas ya están bastante ajustadas y el sector está ‘en cuidados intensivos’.
“Estamos frente a un gobierno con necesidad de recursos y que ninguna explicación sobre el hecho de ser un país productor, fue suficiente para hacer pagar a los colombianos el precio de una referencia internacional que no corresponde a los costos de producción y refinación del país. La situación económica del sector transportador está en cuidados intensivos y cualquier incremento que se haga, solo va a profundizar aún más la crisis de las empresas, de los propietarios y de los conductores reflejada en la generación de empleo del sector”, apunta Rodríguez.
Con toda esta situación, considera que está en riesgo la viabilidad del sector. “Es el mismo Estado quien está dejando en riesgo la viabilidad de un servicio público esencial como lo es el transporte de pasajeros por carretera. El Estado no ha querido entender que este es un sector que sigue trabajando con registros que no alcanzan un 80% los datos pre-pandemia y que pierde pasajeros y competitividad ante la informalidad rampante y la ausencia de controles para todo aquel sistema que obvie pagos sobre costos laborales de seguridad social y asociados a la responsabilidad civil que ampara al usuario y al ciudadano”, dice el presidente de la Aditt.
En razón de lo anterior, las tarifas deberían incrementar por encima de un 12 %, pero debido a los factores anteriormente expuestos, solo lo harán entre un 6 % y 7 % para no impactar más la demanda.
En el caso del transporte de carga, aún con incertidumbre sobre las alzas proyectan dificultades financieras, esto teniendo en cuenta que los contratos se firman a 12 meses.
“La viabilidad del sector ya se encuentra en riesgo, considerando que además del incremento en el valor de los costos más representativos y la disminución en los volúmenes de carga, se estamos afrontando otros problemas que son estructurales en el sector y cuyo estado viene deteriorándose o sin una salida clara por parte del gobierno”, agrega Hernández.
PAULA GALEANO BALAGUERA
Periodista de Portafolio
