Informalidad y gasto público en Colombia preocupan a la Ocde

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) se sumó a los llamados para que el Gobierno Nacional entienda que el país no atraviesa por un buen momento y ponga en marcha un plan de optimización del gasto, focalizando mejor los subsidios y apostándole a un uso efectivo de los recursos, para hacer frente a flagelos como la informalidad y las brechas de crecimiento en las regiones.

En la más reciente actualización de sus estudios económicos para Colombia, publicado este mes, la Ocde arrancó diciendo que tras un repunte muy fuerte en la pos pandemia, hoy en día el contexto local está marcado por una fuerte desaceleración, principalmente en los renglones relacionados con la inversión, que debe enfrentarse con un marco macroeconómico sólido y la creación de condiciones favorables.

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“El crecimiento se moderó bruscamente en 2023 debido a las políticas macroeconómicas restrictivas y la desaceleración del crecimiento global. Sin embargo, el crecimiento económico repuntó en el primer semestre de 2024 y una política monetaria restrictiva ha contribuido a la disminución de la inflación general desde su pico del 13,3% en marzo de 2023 al 6,1% en agosto de 2024”, señalaron.

Si bien reconoce que la desaceleración tuvo que darse para hacer frente a otros problemas como la inflación, destaca que el mercado laboral ha sido resiliente, “con una robusta creación de empleo, disminución del desempleo y reducción de las tasas de informalidad, pero se ha deteriorado ligeramente recientemente”, pero pide no quitar los ojos a este último tema, que en su concepto sigue vigente.

Mencionado todo lo anterior, la Ocde presentó sus proyecciones económicas para Colombia, en las cuales espera que se experimente otro año de crecimiento modesto, del 1,8% en 2024, antes de repuntar al 2,8% en 2025; al tiempo que dejaron claro que hay potencial para repuntar con mayor fuerza y que debe explotarse con las decisiones correctas, que apunten a un crecimiento estratégico.

“El consumo privado se mantendrá sólido, apoyado por la desinflación, la relajación de la política monetaria y remesas significativas. La inversión se recuperará a medida que las condiciones financieras se relajan gradualmente, pero seguirá siendo moderada. Las exportaciones crecerán de manera moderada. Se proyecta que la inflación converja gradualmente al objetivo del 3% para finales de 2025”, indicaron.

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Así mismo, el informe pone sobre la mesa que persisten los riesgos a la baja, incluidos una mayor incertidumbre global y local, anomalías climáticas, inflación persistente, tensiones geopolíticas y condiciones financieras globales más restringidas. Por otra parte, sostienen que el sector financiero sigue siendo resiliente, con bancos bien capitalizados y grandes reservas de liquidez.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico también hizo un balance fiscal y aunque reconoce que se bajó la deuda desde los máximos del 65% que se vieron durante la pandemia del Covid-19, a un 57% del PIB el año pasado, dejó claro que este esfuerzo está saliendo caro, puesto que se perdió el grado de inversión y se están pagando muy caro el financiamiento para crecer.

“Los planes fiscales a mediano plazo del gobierno buscan una consolidación fiscal gradual y prudente. El gobierno está comprometido a adherir a la regla fiscal, incluso si esto requiere recortes de gastos ad-hoc que podrían afectar la inversión pública y el crecimiento a largo plazo”, dice el informe.

En este sentido agregan que el cumplimiento de la regla fiscal evitando recortes de inversión pública podría lograrse eliminando gradualmente los subsidios al diésel, como se hizo de manera encomiable con los subsidios a la gasolina en 2023, los subsidios a los servicios públicos que son distorsionadores y están mal focalizados, y mejorando la focalización del gasto social”.

La Ocde pidió no pasar por alto que Colombia ha implementado 21 reformas tributarias en las últimas dos décadas, pero los ingresos tributarios siguen siendo bajos, con lo cual, desde su perspectiva, el problema no estaría en la necesidad de nuevos impuestos, sino en optimizar los sistemas que se tienen y usar mejor la plata que estos generan a las cuentas del Estado.

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“La reforma tributaria de 2022 aumentó los ingresos tributarios y la progresividad del sistema, pero las reformas frecuentes y fragmentadas han incrementado la incertidumbre y la complejidad del sistema. Se necesita una reforma tributaria integral, gradual, bien secuenciada y comunicada, que reequilibre la carga tributaria de las empresas hacia los ingresos personales, reduzca los gastos tributarios, y simplifique el sistema tributario”, explicaron.

Otro punto que le preocupa a la Ocde y que se pidió revisar con detenimiento, máxime con la reforma laboral que viene en juego, es el estado de la informalidad laboral, flagelo que para ellos contribuye a exacerbar las desigualdades y perpetuar la pobreza.

“Los trabajadores informales, a menudo caracterizados por ingresos más bajos e inestables, enfrentan desafíos importantes debido a la ausencia de beneficios sociales contributivos y protección laboral, como el acceso a planes de pensiones, seguro de desempleo, licencia de maternidad remunerada o vacaciones”, manifestaron.

Así las cosas, dijeron que los esfuerzos del Gobierno se centran en apoyar la economía popular, que abarca una amplia gama de entidades económicas, incluyendo esfuerzos individuales y comunitarios, a menudo informales y apoyados por redes familiares y locales, pero fueron claros en que reducir la informalidad requiere una estrategia integral, que no solo se centre en reglamentar el empleo.

“Reducir la informalidad requiere una estrategia integral a través de una mejor aplicación de las leyes tributarias y laborales, y una reducción de los costos laborales no salariales, particularmente para los trabajadores de bajos ingresos. La eficacia de los actuales subsidios al empleo en Colombia para formalizar a los trabajadores subraya la necesidad de reducir los costos laborales no salariales, particularmente para los trabajadores vulnerables y de bajos ingresos”, concluyeron.

Estas conclusiones serán presentadas ante el Ministerio de Hacienda, a la espera de que sean tenidas en cuenta para la ejecución de programas hacia el futuro, que también toquen temas como el cierre de brechas en las regiones y la reducción de la pobreza.