Economía plateada: gran parte de los adultos mayores no se jubilan y saltan al rebusque

Tras el paso de la pandemia, Colombia se está envejeciendo a un ritmo más acelerado y debido a esto, según cálculos del Dane, se espera que en poco más de cuatro décadas, cinco de cada 10 personas en el territorio nacional tengan más de 50 años, con lo cual se estaría invirtiendo la pirámide poblacional.

Estos cambios en la composición social del país llevarán a que frentes de la economía como el mercado laboral, el sistema pensional y hasta las dinámicas de consumo, sean manejados de una forma diferente a la que se hace hoy en día, ya que serán menos personas produciendo y muchas más las que demanden ayudas y consumo; tanto a nivel de subsidio, como de bienes y servicios en el mercado.

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Un ejemplo de la realidad que se está conjurando se ha comentado mucho con las pensiones y el cambio que se viene gracias a la reforma que aprobó el Congreso. Según cuentas de Fedesarrollo, actualmente la población potencialmente activa es el 58,5%; mientras que la dependiente es apenas el 19,44% y de este último porcentaje, un 40% son adultos mayores.

Hacia el 2050, estos valores de la población dependiente quedarían en 36,3% de jóvenes y 63,7% de adultos mayores; con lo cual se prevé que conforme pase el tiempo, serán más los adultos mayores que necesiten asistencia del Estado, mientras que el aparato productivo se hace cada vez más pequeño, puesto que menos jóvenes ingresarán al mercado laboral y harán insostenible el modelo pensional que se está creando.

“Colombia está experimentando una recomposición etaria, con un aumento significativo en la proporción de personas mayores. Para 2050, se espera que el 25,9% de la población tenga 60 años o más, lo que incrementará el índice de envejecimiento y cambiará la estructura demográfica”, indicaron estos analistas.

En este punto hay que tener en cuenta que este cambio en la pirámide poblacional es producto de la caída en los nacimientos, tanto por decisión de las nuevas generaciones, como por el alto índice de jóvenes que no quieren tener hijos; lo cual también debe computarse con el aumento en la expectativa de vida.

Con todo lo antes mencionado, vale la pena traer a colación tres estudios de la Universidad del Rosario que plantean los desafíos a tener en cuenta con el cambio generacional que sufre el país, comenzando porque, según ellos, estamos ante un sistema pensional que no garantiza el acceso a una jubilación.

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“El sistema pensional colombiano falla a la hora de garantizar una pensión a la mayoría de los adultos que han alcanzado la edad de jubilación. Para el año 2023, sólo el 21,33 % de las personas en edad de pensión (57 años en el caso de las mujeres y 62 años en el caso de los hombres) estaban pensionados, lo que representa un descenso de 8 % con respecto a 2021”, acotaron.

Si a esto se le suma que Colombia cayó recientemente en el índice Natixis de perspectivas de jubilación, donde se advirtió que la desigualdad social también juega en contra de quienes desean alcanzar una pensión digna, y refuerza la tesis de que la falta de ingresos laborales y pensionales en la vejez está fuertemente asociada con condiciones de dependencia económica, generando una alerta a tomar en cuenta.

De acuerdo con la Gran Encuesta Integrada de Hogares, entre enero y junio de 2023, en Colombia hay 7,6 millones de adultos mayores, de los cuales el 45% son hombres y el 55% son mujeres. Entre las principales ciudades, Barranquilla es la ciudad con menor tasa de envejecimiento (39,6%), mientras que Medellín tiene una mayor prevalencia de población adulta mayor (65,8%).

Partiendo de que posiblemente el sistema pensional no de abasto en un futuro, si mantiene el esquema actual, y que hay que buscar alternativas para respaldar la pérdida de productividad que se daría con el cambio de la pirámide poblacional, los informes de la Universidad del Rosario sugieren revisar hacia la economía plateada, destacando que allí hay un potencial que no se ha visto, más allá del consumo.

“La economía plateada hace referencia al rápido cambio demográfico producido por el envejecimiento de la población. Su principal enfoque es atender las necesidades de los adultos mayores en diferentes dimensiones: salud, empleo, emprendimiento, ahorro y financiamiento, educación, productividad, entre otros”, explicaron.

De esta forma, actualmente en el mundo hay diferentes casos de éxito en el mundo donde se han desarrollado plataformas de empleo para conectar a las empresas y a los adultos mayores para brindar trabajos remunerados flexibles, de baja cualificación y estables.

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Esto, si se tiene en cuenta que 2 de cada 10 adultos mayores alcanzan a pensionarse y que de esta misma población el 42% busca el emprendimiento o rebusque como una alternativa de subsistencia, abre la puerta a que se creen regulaciones que permitan que estas personas suplan con su trabajo esa productividad que hará falta.

“Esto revela una oportunidad, ya que por medio de formación es posible reducir las fricciones que afectan la inserción en el mercado laboral de las personas mayores, lo cual debe acompañarse también de un mayor conocimiento de los programas de empleo hacia esta población, que en su mayoría las empresas no conocen”, dijeron desde la Universidad.

Por último, los expertos recomiendan revisar también el indicador de bienestar, enfatizando en que es evidente que el envejecimiento poblacional implica diferentes desafíos, específicamente en frentes como la salud, el trabajo y los ingresos; que es donde actualmente se evidencia el mayor deterioro para los adultos mayores.

Dicho esto, cerraron indicando que teniendo en cuenta que la población será cada vez más longeva y activa, esto representa una oportunidad clave para rediseñar estrategias que promuevan un envejecimiento activo y productivo.