Repensar los modelos empresariales para que el mercado jalone la conservación, el bienestar social en territorios que han estado aislados por distintas circunstancias y para que cada vez más desde lo privado se generen bienes públicos, como la naturaleza. Esa es la tarea en la que está la cadena Crepes & Waffles, que se hace presente en la COP16 con una presentación sobre sus logros de apoyo a las comunidades y la biodiversidad, según explicó a Portafolio su cofundadora, Beatriz Fernández.
(Lea más: Wingo lanza dos nuevas rutas internacionales desde Medellín, ¿cuáles son?)
¿Qué los motiva a estar activos en la COP16?
Crepes & Waffles, desde sus inicios, tiene el ADN en cuidado a la diversidad, a la naturaleza como la llamábamos en ese entonces. Desde siempre, hemos tenido una cultura y una consciencia de cuidar, preservar, sostener y mantener, no solamente los ecosistemas, sino todos los productos que llegan a nuestra mesa. Con el tiempo íbamos aprendiendo, practicando e incorporando para que eso fuera posible.
(Lea acá: En Riohacha se firmó convenio que promoverá ecosistemas marinos y costeros en Colombia)
¿Cuál será la agenda en la cumbre?
Vamos a mostrar los casos de comunidades campesinas que están trabajando hace más de 6 años con la empresa y que están protegiendo la biodiversidad. Para nosotros hay un mensaje muy importante y práctico: los problemas globales que enfrentamos de pérdida de biodiversidad y cambio climático, pasan porque tengamos una reflexión sobre lo local.
¿Cuáles son los casos?
Es muy importante entender el rol de los pequeños productores para liderar acciones de producción de alimentos sostenibles y a la vez de conservación. Son ellos los que están en los territorios y tienen mucho para compartir. Ojalá esto también nos dé indicios como país en términos de política pública, también para otros empresarios sobre cómo se concilia la producción y la conservación.
(Vea acá: Pensión se puede complementar con fondos voluntarios: estos son los beneficios)
¿Cuáles son las cifras globales de esta labor?
En este momento trabajamos con 1.200 familias en todo Colombia y hemos comprado más o menos 850 toneladas de los distintos productos. Por ejemplo, en Tumaco trabajamos con más o menos 293 familias desde el 2019 y hemos comprado de manera directa 104 toneladas de cacaos especiales. También tenemos pimienta del Putumayo en el Piedemonte Amazónico, desde el 2016, estamos con familias que habían sustituido los cultivos de coca y hemos comprado en total unas 27,6 toneladas.
Estamos trabajando en Montes de María con 400 familias que producen fríjol y miel y ambos productos están ligados a la restauración del bosque secotropical. Más o menos hay unas 5.000 hectáreas de bosque y de corredores de conservación que estas familias protegen, mientras Crepes les compra de forma constante.
¿Qué opina sobre la idea de que las empresas aporten a un fondo para proteger la biodiversidad, tema de la COP16?
Pienso que todo lo que se plantea a nivel de empresa, a nivel de gobierno, sobre la creación de una conciencia conjunta es valioso. La COP16 en Colombia es una gran oportunidad para que, como colombianos, podamos ver en dónde está nuestro aporte en el día a día. Cuidarla, conservarla, invertir en ella y tomar acciones contundentes para su protección es una obligación de todos.
¿Qué tan clave es un negocio sostenible para el apoyo a las comunidades?
Hacer negocios ha sido la oportunidad más linda de demostrar que cuando las cosas se hacen de corazón, todo es posible. Parte del proceso que hemos llevado es la reflexión de cómo redefinimos los modelos de negocio para que en el día a día esté incluido el impacto en el capital natural, en las comunidades y en los colaboradores.
(Siga acá: ¿Por qué se han incrementado casi al doble los precios de la energía en Colombia?)
Crepes & Waffles
(Lea más: McDonald’s y Colombina lanzan al mercado un nuevo postre de temporada: ¿ya lo probó?)
Como Empresa B de Colombia, junto a esas comunidades, repensamos modelos empresariales para que el mercado jalone la conservación, el bienestar social en territorios que han estado aislados por distintas circunstancias y para que cada vez más desde lo privado se generen bienes públicos, como la naturaleza y todo el tema social.
¿Qué es replantear el modelo de negocio?
Normalmente, las empresas han sido diseñadas para maximizar el valor a los accionistas, desde la teoría como empresarial más clasica. Nosotros estamos ampliando el deber fiduciario para no solo maximizar el valor de los accionistas, sino para maximizar el valor de la comunidad, de todos los grupos de interés, de los empleados y de la gente que participa en la cadena de abastecimiento.
Tenemos dos puntos grandes. El primero, desde la fundación, es la contratación: 8.000 colaboradores y casi el 91% son mujeres.
Y el otro componente es la proveeduría, con un portafolio muy diverso que es una vitrina espectacular de la abundancia que tenemos de Colombia en biodiversidad. Acá, el trabajo es como generamos más diferenciación, mayor valor al portafolio y, a su vez, en nuestras decisiones de abastecimiento, es ver cómo empezamos a interactuar con estos sectores del campo que han estado por años desconectados de estos mercados, dándoles regularidad en los precios, en la compra, y planeando conjuntamente acciones de conservación.
¿Garantizan pagos justos?
Si somos el país más diverso del mundo, nuestra competitividad tiene que estar basada en la diferenciación. Tenemos acuerdos con cada comunidad que les cubre los costos, que es constante, que a nosotros nos funciona, que les asegura una ganancia, y que en el año no fluctúa.
Esto habilita en ellos la posibilidad de planear, de invertir, de hacer acuerdos y de crecer. Estos son los casos que vamos a llevar a la COP16.
(Lea más: ‘Más de una decena de marcas han entrado a Fontanar’)
CONSTANZA GÓMEZ GUASCA
Portafolio
