Si bien las defunciones no fetales aumentaron a un menor ritmo en lo que va de este año, lo cierto es que la población colombiana deberá prepararse para afrontar las enfermedades que puntean como las principales causas de muertes ahora que el sistema de salud se encuentra en crisis.
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Retomando las cifras de nacimientos y defunciones del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) en lo que va de este año, es decir de enero a abril, se presentaron un total de 88.959 casos de fallecimientos (no fetales), representando un aumento del 2,3% frente al mismo periodo de 2023 que fueron 86.972.
Cabe detallar que de acuerdo al grupo de causas evaluados por el Dane, la lista la puntean las enfermedades isquémicas del corazón, es decir las condiciones que implican el estrechamiento o bloqueo de los vasos sanguíneos, causadas por daño al órgano o a los vasos.
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En detalle, esta condición provocó en el país un total 14.964 fallecimientos, seguida de cerebrovasculares que fueron la razón de muerte de 5.567 colombianos. En tercer lugar se encuentran las enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores con 5.021 casos y las agresiones (homicidios) con 4.344 fallecimientos.
Otro de los puntos a detallar es el comportamiento de la mortalidad, teniendo en cuenta que según los grandes grupos de causas, para el periodo de tiempo evaluado, entre los años 2015 y 2024, se evidenció un incremento acelerado de los fallecimientos por neoplasias o cáncer, los cuales pasaron de 13.800 defunciones en los primeros cuatro meses de 2015, a 17.123 en el mismo periodo de 2024.
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Englobando las cifras, ahora con el sistema de salud colombiano que atraviesa una crisis por causa del desfinanciamiento del mismo, los expertos consideran que así como el Gobierno debe avanzar en programas de prevención para las enfermedades, y que no lleguen a un estadio de alto costo, los ciudadanos también deben poner de su parte y contar con mejores hábitos para disminuir la incidencia de las mismas.
Prevención de enfermedades
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Teniendo en cuenta que la principal causa de muerte en Colombia se consolida con una enfermedad relacionada con el corazón, Carlos Ortiz, cardiólogo jefe de cardiología de la Fundación Cardio Infantil, le aseguró a Portafolio que existen una serie de medidas, especialmente de prevención, para mitigar los impactos de estas condiciones en la población .
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En términos generales, el cardiólogo se refirió a que es de importancia ser “más consciente” del autocuidado y de realizarse los chequeos pertinentes, especialmente del perfil lipídico en sangre, los niveles de azúcar y evaluar que los demás órganos como el riñón se encuentren bien.
“Además, de incluir en la prevención una buena alimentación, disminuyendo el consumo de harina procesada o ultra procesada e involucrar ejercicio en las rutinas diarias. Estas estrategias disminuirán el riesgo de tener enfermedades cardiovasculares a mediano y largo plazo. Además de proteger sobre la presencia de otras patologías como el cáncer”, dijo.
Y aunque la responsabilidad completa no es solo del paciente, el médico también detalló que no se puede desconocer que la epidemiología del país está inclinada hacia las enfermedades crónicas, por lo que ellas llevan de una prevención secundaria, que requiere un seguimiento multidisciplinario, con coordinación entre el médico general y médico tratante y especialistas para controlar estas condiciones.
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Por su parte, el profesor de economía de la Universidad del Rosario y experto en salud, Paúl Rodríguez, indicó que actualmente Colombia cuenta con un esquema de prevención que pasa por varios elementos, en donde la articulación de los diferentes actores de la salud retoman importancia para el control de las mismas.
Prevención de enfermedades
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“Se tienen que tomar las acciones para prevenir que las enfermedades progresen, por ejemplo como la diabetes y la hipertensión, que son condiciones muy sencillas y baratas de tratar. Sin embargo, si se dejan avanzar rápidamente podrían terminar en siendo enfermedades muy costosas y entrarían a ser del grupo de alto costo”, afirmó.
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Así mismo, Jesús Albrey González, presidente del Colegio de Abogados en Derecho Médico, retomó que es necesario que el Gobierno expida normas que protejan y estimulen las redes articuladas de prestación de servicios en salud que garanticen criterios de integralidad, en especial aquellas que han venido manejando, de manera adecuada, la población y patologías de alto costo de manera integral.
“Nótese como con el cambio del Fomag, por ejemplo, se han visto algunas denuncias sobre interrupción en la continuidad de los tratamientos de patologías de alto costo y esto es gravísimo en estas condiciones”, apuntó.
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Agregó que es necesario fortalecer dentro de la política pública del Estado, las medidas específicas para el alto costo; “si bien nadie niega la necesidad de fortalecer las estrategias de atención primaria, lo claro es que actualmente hay una base poblacional que se debe atender en todas las dimensiones del derecho a la salud, incluyendo el adecuado diagnóstico y tratamiento del alto costo”.
Prevención de enfermedades
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Teniendo en cuenta que las discusiones sobre si se necesita una reforma de la salud en Colombia, sumado a las intervenciones que viene haciendo el Gobierno con las EPS y los retiros voluntarios de las mismas, actualmente llevan consigo una serie de desafíos, especialmente en materia de atención a estas condiciones.
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De acuerdo con el jefe de cardiología de LaCardio, desde las discusiones sobre el sistema se ha insistido en la necesidad de una articulación adecuada entre todos los entes del Gobierno, gestores de salud, interventoras, la sociedad civil y por parte de atención especializada de salud, enfocando una atención con calidad y basado en el enfoque de la persona y sus necesidades.
“Es sin lugar a duda un temor que hemos tenido los hospitales de cuarto nivel que nos hemos especializado en cuidados avanzados y también en prevención, es que, con los cambios en el sistema, se prioricen otro tipo de condiciones conociendo que la epidemiología del país y la de las enfermedades cardiovasculares, oncológicas, diabetes, hipertensión, pulmonares y renales son prevalentes”, señaló.
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Así mismo, Jesús Albrey Gónzalez, agregó que el reto de las intervenciones de las EPS es sobre la mejora en los resultados de la atención y en la suficiencia de la Unidad de Pago por Capitación para garantizar las mismas. Por ello, es evidente la tensión actual entre EPS intervenidas y prestadores, en especial sobre el flujo de recursos que se necesita para garantizar de forma adecuada la prestación del servicio.
“Yo considero que se debe cambiar ese abordaje, se necesita construir confianza que el cambio es para mejorar, que los prestadores son importantes, porque al final de este equilibrio de las relaciones y las voluntades de todos permitirá que los pacientes sean los menos afectados”, concluyó.
