A los Llanos Orientales no solo se le considera la despensa agrícola del país, también se le califica como el gran depósito de petróleo, y que puede surtir sin problemas a toda una nación.
De su potencial hidrocarburífero se comenzó a hablar en la década de 1930, pero solo hasta los primeros años de 1950, la entonces Texas Petroleum Company (Texaco) inició actividades exploratorias y perforó el pozo Guavio 1, en el pie de monte llanero, que resultó una escasa producción de aceite.
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Sin embargo, el boom de la operación petrolera en esta parte del país fue en la década de 1980, con el descubrimiento de los pozos Caño Limón (Arauca), y Cupiagua y Cusiana (Casanare).
TAREAS EN EL META
Al finalizar la década de 1960, la compañía Chevron, en desarrollo del contrato de la Concesión Cubarral firmado con Ecopetrol, descubrió reservas de crudo en Chichimene y Castilla.
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“Es hallazgo dio origen más adelante (1973), a un nuevo contrato bajo el esquema de asociación entre Chevron y Ecopetrol, con derecho a la producción del campo Castilla en una división porcentual de 50/50”, señaló un vocero de la petrolera colombiana.
El área autorizada abarcó 97.450 hectáreas y 6.531 metros cuadrados, ubicada entre los municipios de Acacías, Guamal, Cubarral, San Martín de los Llanos y Castilla la Nueva, en el Meta.
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De 1990 a 1995, el campo Castilla mantenía una producción entre 10.000 y 20.000 barriles por día. Pero con los últimos años del siglo XXI, el campo presentó un crecimiento en su producción hasta llegar a los 25.000 barriles.
En estos años la producción fue escalando de cifras alrededor de 15.000 desde la década de 1980, hasta alrededor de los 25.000 barriles para 1999.
Durante ese mismo periodo de tiempo en el que Chevron mantenía su concesión, también perforó 16 pozos en Chichimene. Este campo, que inició su producción hacia 1985, presentó un promedio mensual de producción promedio de de 6.500 barriles diarios.
El contrato de Asociación Cubarral finalizó el 31 de enero de 2000 a la medianoche y fue extendido hasta el 31 de julio de ese mismo año, cuando la operación de los dos campos pasó a manos de la empresa Ecopetrol.
ARAUCA Y CASANARE
Las tareas petroleras en Arauca comenzaron con el contrato de asociación Cravo Norte entre Ecopetrol y Occidental (Oxi) para la operación del pozo Caño Limón, que tuvo una producción inicial de 10.900 barriles por día. Y con el posterior hallazgo en los pozos contiguos Mata Negra, La Yuca, Caño Verde, Redondo y Caño Yarumal, adquiere el carácter de campo, con reservas estimadas recuperables de 100.000 millones de barriles.
“Su desarrollo inició en diciembre de 1985, dos años y medio después de su descubrimiento y su producción ha alcanzado el rango de los 200.000 barriles por día”, señala Hernán Vasquez, en su artículo La historia del petróleo en Colombia, revista universidad Eafit.
La importancia del campo Caño Limón está en sus reservas calculadas en 1,2 billones de barriles que permitió triplicar la explotación petrolera en el país entre 1980 y 1990, pasando de 131.000 a 438.000 barriles diarios.
Por su parte, las reservas de Cusiana y Cupiagua (las más grande de Colombia según registros del Minsterio de Minas y Energía) convirtieron al departamento del Casanare en el principal productor de crudo del país, con una cuota de producción nacional del 50%.
En la actualidad, estos dos departamentos, además de ser responsables del 24,5% de la producción nacional de petróleo, concentran un gran porcentaje del total de bloques exploratorios del país.
Registros de la Agencia Nacional de Hidrocaruros (ANH) indican que de los 694.099 barriles de crudo diarios que se extraen en promedio en la cuenca de los Llanos (73% del total nacional), casi 232.000 provienen de los campos en producción de Casanare y Arauca, a manos de poco más de 15 empresas que operan en la región.
