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28 sept 2024 - 1:51 p. m.

Qué tan viable y cuáles serían los riesgos de extraer aguas subterráneas en Bogotá

El alcalde Carlos Fernando Galán planteó esta propuesta con miras a sostener la demanda ante la crisis hídrica. La CAR se refirió al tema.

Sabana de Bogotá

Sabana de Bogotá

Rodrigo Sepulveda / EL TIEMPO

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28 sept 2024 - 1:51 p. m.
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La situación en torno a los embalses que abastecen de agua a Bogotá y otros municipios aledaños tiene en alerta a las autoridades regionales. En especial, considerando el efecto que ha tenido la escasez de lluvias en el nivel de llenado de estos depósitos. 

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Para atender esta contingencia se han puesto sobre la mesa varias propuestas. Una de las más recientes es la expuesta por el alcalde de la capital, Carlos Fernando Galán, quien ha sugerido la posibilidad de evaluar la extracción de aguas subterráneas en la región.  

“Nosotros recibimos en junio una delegación del Banco Mundial, donde estaba presente quien manejó la crisis del agua en Ciudad del Cabo hace unos años, y con ellos estamos trabajando la posibilidad de avanzar eventualmente en tenerla como una fuente adicional”, comentó Galán.  

De hecho, la Corporación Autónoma Regional (CAR) Cundinamarca también ha señalado que esta es una iniciativa viable. El director de la entidad, Alfred Ballesteros, le explicó a EL TIEMPO que haciendo uso de los acuíferos de la Sabana de Bogotá, las formaciones geológicas que almacenan agua en el subsuelo, se podría garantizar el agua en la región para los próximos 100 años. 

“En 2017, con el Estudio Regional del Agua, concluimos que tenemos 77.000 millones de metros cúbicos disponibles en los acuíferos en la Sabana de Bogotá. Se podría llegar a explotar, por recomendación técnica, hasta un 10 % de este caudal. Es decir, aproximadamente 7.700 millones de metros cúbicos”, indicó el funcionario.  

Ballesteros destacó que esta cantidad de agua es equivalente siete veces lo que se genera en los tres embalses del sistema Norte, es decir, en el Neusa, Sisga y Tominé. Además, recordó que este método de captación ya se utiliza en otros países, como Estados Unidos.  

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Ahora bien, en términos de costos, el director de la CAR explicó que aquí intervienen dos factores: los estudios geológicos y las perforaciones. En el primer caso, estos pueden llegar a costar cerca de $10 millones; mientras que en lo referente a la exploración, el metro de perforación cuesta entre $1,5 y $2,5 millones. 

“El metro de perforación cuesta entre un millón y medio a dos millones y medio por metro. Entonces, ¿de qué depende el valor del pozo? De la profundidad que debe tener para encontrar un caudal importante”, señaló Ballesteros, quien también mencionó que a esa cifra habría que incorporarle los gastos asociados a equipos de bombeo, el sistema de tratamiento y la conexión con las redes de acueducto.  

En lo que se refiere a tiempos, el funcionario indicó que, teniendo en cuenta la experiencia de otros municipios que han incorporado este método, en año y medio se podrían ver los primeros pozos. “Incluso menos, porque hay proyectos que han logrado en seis meses sacar los permisos y construir los pozos profundos”.

No obstante, otros expertos apuntan a que este proceso podría tardar mucho más. Esto teniendo en cuenta que se requiere la realización de estudios técnicos y la realización de los pozos, lo que podría traducirse en un periodo de dos a tres años.  

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Embalse del Sisga

Embalse del Sisga

CAR Cundinamarca

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¿Cuáles son los riesgos?

Pese a que la explotación de aguas subterráneas es una alternativa viable, el no hacerse de manera adecuada puede traer consecuencias ambientales. 

Fernando Helí Romero, profesor del departamento de Geociencias de la Universidad Nacional, le explicó a EL TIEMPO que uno de esos riesgos por una práctica mal desarrollada es impactar la reservas. La razón que el agua que se almacena en los acuíferos depende de un área llamada zona de recarga, que en el caso de Bogotá y la Sabana son los cerros orientales y los páramos. 

“Se necesita que llueva para que el agua se infiltre. Para este proceso son vitales los árboles, que actúan como sombrillas y permiten que el agua pueda ingresar a los acuíferos”, aseguró. 

También existe el riesgo de la sobreexplotación, la cual puede causar el hundimiento de la tierra. De ahí la necesidad de que se realice un análisis en profundidad, puesto que, como le señaló Romero al medio, "cuando no se hacen estudios técnicos y se hacen 10 o 15 pozos a la misma profundidad, sobreexplotan el acuífero y, sin agua, disminuyen la presión y se hunde el material". 

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*Con información de EL TIEMPO - BOGOTÁ

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