Este sábado, retorna el Carnaval de Barranquilla en su formato presencial. Tras la pandemia, la emblemática Vía 40 de La Arenosa volverá a ser el escenario de la “Batalla de Flores”, uno de los desfiles más representativos de la cultura caribeña y de Colombia. Las cuatro jornadas en la capital del Atlántico constituyen tanto el renacer de una de las principales fiestas populares del país como un desafío importante en la “nueva normalidad” para las ferias y fiestas locales, un rubro tan importante para las dinámicas económicas regionales.
Barranquilla no es la primera capital que retoma sus festividades. La Feria de Cali, por ejemplo, que se llevó a cabo a finales del año pasado, generó más de 20 mil empleos directos e indirectos y convocó más de un millón de caleños y turistas en más de 120 eventos. El fin de los cierres y el levantamiento de las últimas restricciones de aforos y otras condiciones abrió la puerta sanitaria para que cumbiamberos, congos y garabatos vuelvan a las calles de Curramba.
El impacto de una festividad como el Carnaval no es menor. Las autoridades locales estiman que alrededor de 400 mil millones de pesos ingresarán a la economía de la ciudad, de la mano de unos 357 mil visitantes y de una ocupación hotelera al 90 por ciento. Cálculos indican que se generarían unos 53 mil puestos de trabajo, lo que redundaría a la recuperación de las personas que viven alrededor de esta festividad.
Afortunadamente el cuarto pico, jalonado por ómicron a principios de año, ya ha cedido mucho su impacto: el más reciente reporte muestra 13 fallecidos y 366 nuevos casos. A lo anterior se suma la vacunación, que ya supera los 34,5 millones de esquemas completos y que será crucial en los eventos masivos.
En conclusión, el retorno de las ferias y fiestas por todo el territorio también integran ese regreso a la presencialidad y la ‘nueva normalidad’, al igual que la reactivación de las economías locales.
FRANCISCO MIRANDA HAMBURGER
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