Mientras que el país busca por múltiples maneras generar confianza para que exista nueva inversión, el panorama en este frente en el sector petrolero es cada vez más complejo, toda vez que pese al enfoque en aprovechar los contratos existentes, la decisión de tener cerrada la nueva exploración baja los niveles de recursos y, en consecuencia, los negocios y la actividad de la cadena productiva en las regiones, asociados a esta industria.
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El director de Acipet, Óscar Rincón, explica que la obtención de permisos es necesaria para que en 2027 haya gas nacional y se recupere la autosuficiencia que el país acaba de perder en este energético.
¿Cómo analizan la situación de la actividad exploratoria del país?
La apuesta del país en este momento está enfocada en maximizar la exploración en las áreas que han sido ya adjudicadas. Eso no es malo en sí, pero sí nos preocupa que no se hayan podido reactivar los procesos de exploración en el país y la actividad se haya visto disminuida.
El principal indicador tiene que ver con el número de pozos exploratorios y se evidencia una disminución significativa frente al año pasado. Para nosotros, la exploración es el corazón de la incorporación de reservas, no de hoy sino de mañana.
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Hoy tenemos las reservas y la producción de los descubrimientos que se han hecho en el pasado y de los procesos de varios años atrás. Un proceso de estos puede tardar entre 6 y 8 años y si no hacemos algo para reactivar la exploración va a pasar que en 6 a 8 años no vamos a tener las fuentes que abastezcan la producción y las reservas.
¿Le preocupa que se presenten caídas en la inversión en el sector por este motivo?
Sí. La inversión en el sector se ve reflejada en la actividad, y esta a su vez se ve en la producción y exploración. Cada vez que se disminuye la inversión se ve impacto en actividades exploratorias, de mantenimiento y operación de campos. Eso al final termina en una contracción del empleo, en la cadena productiva en las regiones y una posible declinación en la producción.
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Si bien esta última no se ve reflejada en el corto plazo sí lo veremos en el mediano y largo plazo. En petróleo y gas las actividades no muestran sus resultados en el corto plazo, sino que se van impactando entre 6 a 12 meses. La actividad que no hagamos hoy se va a ver reflejada en la producción del año entrante.
¿Qué previsiones tienen para la producción petrolera en medio de estas caídas en la actividad?
La actividad no necesariamente se ve reflejada en la producción de este año, sino que se verá en los próximos meses. esperamos que este año se mantenga en niveles similares a los del año pasado e incluso un poco por encima.
Sin embargo, es importante que se retomen medidas del Gobierno y la industria para avanzar en actividades que garanticen la producción de este año y los venideros. Esto es fundamental para los ingresos de la Nación y para la soberanía energética que necesitamos.
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¿Están viendo efectos en la contratación de profesionales del sector por este motivo?
El informe de Taladros de Campetrol que fue presentado recientemente nos deja ver que entre noviembre de 2022 y julio de 2024 se han perdido 25.600 empleos por la disminución en la actividad de perforación y reacondicionamiento en el país. La actividad de perforación impactará siempre el empleo, tanto calificado como no calificado, que en la mayoría de los casos se contrata en las regiones donde se hace la producción y exploración. Por esto es importante retomar la senda de exploración para recuperar estos empleos.
Acá no estamos para reemplazar energéticos sino para sumar. Retomar estos 26.000 empleos es necesario para disminuir el índice de desempleo del país y garantizar empleos de calidad que benefician la economía de las regiones donde tenemos actividad.
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¿Una reactivación en la asignación de contratos de exploración y producción podría evitar la pérdida de autosuficiencia en el abastecimiento?
La autosuficiencia se garantiza con actividad. Este gobierno le ha apostado a incrementar la actividad y ser más eficientes en el manejo de recursos en las áreas ya asignadas. Esta actividad que haga va a permitir tener autosuficiencia. Sin embargo, si la actividad no es suficiente para esto se va a tener que revisar nuevas áreas para garantizar la producción que necesita el país y compense la declinación natural de los campos que tenemos.
Es fundamental que no descartemos ninguna fuente de recursos, tanto del offshore como del onshore.
Esto incluye que retomemos de manera responsable discusiones como la de yacimientos no convencionales donde tenemos potenciales muy importantes en gas y en crudo. La autosuficiencia ya la perdimos en gas y para los siguientes años vamos a tener que importar para actividades que antes no requerían esta importación.
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Esto va a tener efectos de incremento en la factura de los consumidores de este energético. Por lo tanto, garantizar la autosuficiencia debe ser parte de la política que debe tener Colombia en energía.
¿Cómo se podría afrontar el déficit de gas del país que se prevé para 2025?
Para los próximos años se prevé la necesidad de importar gas adicional al que producimos para garantizar el cubrimiento de la demanda. Ya las cartas están jugadas. Sectores tanto de la producción, la comercialización ya han explicado las medidas en términos regulatorios, de política pública, entre otros, para cubrir el abastecimiento.
La oferta sin duda va a estar garantizada, seguramente lo vamos a importar de alguna parte. La pregunta en este caso es a qué costo. Garantizar la autosuficiencia para los próximos años debe ser el objetivo que nos debemos trazar y para los próximos años debemos encontrar la fuente para cubrir a la demanda. Debemos trabajar en adelantar los proyectos offshore y los del caribe y el piedemonte llanero. La obtención de permisos es necesario para que en 2027 tengamos gas y recuperemos la autosuficiencia que acabamos de perder
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¿La suspensión del trámite de licencia ambiental para Komodo, en el offshore, podría afectar las proyecciones de entrada del primer gas offshore?
Komodo no es el único gas que se ha anunciado, sino que se suma también al anunciado en Uchuva y esperamos que entre 2028 y 2029 tengamos el primer gas en el sistema de transporte para atender la demanda.
Lo de Komodo es más un componente de incremento de reservas y recursos para garantizar la seguridad y soberanía a futuro del país. Esperamos que muy pronto se pueda resolver por parte de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) con el fin de que avancemos en este proyecto que es de gran importancia para garantizar la seguridad.
DANIELA MORALES SOLER
Periodista de Portafolio
