El presidente socialista del gobierno español, Pedro Sánchez, apareció afligido el 29 de mayo en el pórtico del palacio de La Moncloa por la derrota en los comicios municipales y autonómicos para anunciar el adelanto de las elecciones generales al domingo 23 de julio. “Es mejor que los españoles tomen la palabra para definir el rumbo político del país”, dijo Sánchez en forma lacónica y jactanciosa.
Sánchez, haciendo gala de su impronta personal, la hybris -concepto que en la antigua Grecia se entendía como la desmesura entre el orgullo y la arrogancia- decidió cambiar la estrategia de su campaña política como consecuencia de los malos resultados del único debate cara a cara con el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, organizado por Atresmedia el pasado 10 de julio.
Sánchez ahora pretende vender la idea, por cierto equivocada, que el Partido Popular, PP, que lidera con maestría y mesura política Feijóo, y el partido Vox de derecha extrema, que orienta Santiago Abascal, son lo mismo y defienden las mismas causas.
Sánchez apela al fantasma del Franquismo para asustar al electorado de cara a las elecciones generales del próximo fin de semana, mientras que en sus huestes socialistas del PSOE de la calle de Ferraz intentan tomarse por asalto los votos y desligarse de la izquierda radical de Sumar de la popular y guapa Yolanda Díaz, antigua vicepresidenta segunda de Sánchez.
Díaz, a su vez, pretende por todos los medios evitar el creciente trasvase de su electorado al PSOE y mantener a Sumar en el tercer lugar de la liza política. En esta posición, aún existe la tenue posibilidad de ser parte de un gobierno de cohabitación con el PSOE.
Si bien es cierto que el veredicto final lo tenemos los españoles en las urnas el 23 de julio, las encuestas favorecen ampliamente el cambio de gobierno, que no es otra cosa que la derogatoria del sanchismo en España; y en América Latina -Colombia incluida-, cuya onda supuestamente progresista de izquierda radical ha propagado su nefanda influencia como la peste de la mano negra del Foro de Sao Paulo y del Grupo de Puebla.
En efecto, las últimas encuestas realizadas para El Mundo por Sigmados, para ABC por GAD3 y La Razón por NC Report, ubican al PP como la fuerza política más votada, que en coalición con Vox, tendrían la mayoría de los escaños requeridos en el Congreso de Diputados para conformar un nuevo gobierno.
Pese a que la estrategia de Feijóo consiste en obtener una mayoría absoluta que le permita gobernar en solitario y depender, exclusivamente, de los españoles -como es su deseo- por ahora, el gobierno de coalición de derecha con Vox parece como la única opción, como un mal menor para poder sacar a Sánchez de La Moncloa.
ANDRÉS ESPINOSA FENWARTH
Miembro del Consejo Directivo del ICP.
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