El Mercosur, uno de los mecanismos de integración más importantes dentro de América del Sur está a la deriva, en el marco de las dos corrientes ideológicas que se cuecen dentro del bloque: los que buscan unilateralmente mayor apertura de mercado, como Uruguay, y aquellos que se concentran en actuar de forma unitaria.
De hecho, las iniciativas uruguayas como desarrollar diálogos para un tratado de libre comercio con China o su intención de entrar al Acuerdo Transpacífico (CPTPP), han generado tensiones por parte de sus contrapartes del bloque.
Ese era el panorama en el que se desarrolló la cumbre 51 del mercado común sureño y, aunque si bien hubo señalamientos diplomáticos entre los mandatarios, al final se abogó por el “diálogo constructivo” en medio de las diferencias que “buscan un bienestar común”.
“La subida de las tensiones, por lo tanto, indican que si Mercosur ya no avanzaba mucho, en los próximos meses, avanzará aún menos”, explicó Marina Pera, analista para Argentina de Control Risks.
El Mercado Común del Sur, conocido como Mercosur, es uno de los bloques de integración presentes en la región. Está conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Venezuela, país miembro, se encuentra suspendida y Bolivia aún espera por la ratificación final para ingresar como Estado miembro.
De acuerdo con las estadísticas oficiales, el comercio exterior del bloque se recuperó en 2021 tras la caída de la pandemia un año antes, pero está encontrando en 2022 una ligera ralentización.
El año pasado el bloque registró un superávit comercial por US$78.717,3 millones, que este año está desacelerándose y a septiembre apenas alcanza los US$51.568,1 millones.
“Países como Uruguay se encuentran en situaciones de desventaja cuando los colosos del grupo (Argentina y Brasil) aplican medidas proteccionistas que le han obligado a buscar socios externos para dinamizar su comercio exterior”, señaló a su vez, Mario de la Puente, director del Observatorio de Comercio Internacional de la Universidad del Norte.
Buenos Aires toma por seis meses las riendas del mecanismo de integración en el marco de esta escalada de tensiones y, de acuerdo con los analistas, continuaría con los señalamientos a Uruguay.
“Fernández seguirá haciendo oposición a los avances de Uruguay y posiblemente tendrá el apoyo del nuevo presidente de Brasil, Lula, para hacerlo”, comentó Pera, de Control Risks.
Recordó que, a pesar de una reciente reducción a 10% el arancel común del bloque, “más reducciones son improbables”. La analista prevé que en este período hayan “pocos avances” en materia comercial.
Por otro lado, el director del Observatorio de Comercio Internacional prevé que, de priorizar la ideología así como discursos que ahuyentan la inversión extranjera, “es muy probable que existan pocos incentivos practicos para profundizar el intercambio con este bloque mas allá de mantener la ponderación existente en la canasta exportadora de sus países miembros”.
Después del país sureño, la siguiente presidencia temporal del bloque correrá por cuenta de Brasil, con Lula da Silva en firme en su tercera presidencia, quien había prometido en campaña impulsar la entrada definitiva de Bolivia al mecanismo como parte de un puente entre el Mercosur y su similar del otro lado de los Andes, la Comunidad Andina de Naciones (CAN).
También está en espera la ratificación el acuerdo de libre comercio entre el bloque del Mercosur y la Unión Europea.
Colombia presentaría muy pronto un plan de integración regional eléctrica de energías limpias, adelantó ayer el representante del país en la reunión presidencial del Mercosur.
“El presidente Petro estará presentando próximamente una iniciativa pendiente de elaborar una estrategia que permita el importante paso (...) a la interconexión eléctrica de la región, buscando una seguridad y autosuficiencia energética con el empleo de energías limpias”, señaló Javier Higuera, del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia.
ROBERTO CASAS LUGO
Periodista Portafolio
