Nayib Bukele prometió en campaña presidencial “un periodo de prosperidad” porque “ya no hay freno para crear una empresa”, estudiar, trabajar, desarrollar el turismo. Pero los analistas creen que si las dificultades económicas no son superadas podrían traer el fin de la luna de miel.
Bukele, que el sábado 1 de junio tomará posesión como presidente para el período 2024-2029, logró la reelección inmediata en los comicios de febrero pasado, para algunos de sus opositores contrariando la Constitución de su país, con la bandera del combate a las pandillas como su principal mensaje de campaña y sin mayores resultados en los principales indicadores económicos, lo que le ha valido el mayor reclamo por parte la población, según diversas encuestas.
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Nayib Bukele, presidente de El Salvador
En enero pasado, una encuesta del Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop) dio a conocer que la situación económica ha desplazado a la delincuencia como la principal preocupación de los salvadoreños, principalmente efectos por la caída de las economías ilegales.
El estudio indica que el 32,8% de la población considera que el “principal problema que enfrenta El Salvador” es la economía, mientras que el desempleo alcanzó el 17,3%. Para el economista, José Luis Magaña, el balance de estos cinco años apunta a un “deterioro de las condiciones de vida de los hogares”. Magaña destacó que la pobreza extrema monetaria “se ha duplicado”, pasando de 86.000 hogares en el 2019 a 170.000 en 2023.
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De acuerdo con datos oficiales, el porcentaje de pobreza general pasó de un 22,8 % a un 27,2 % de los hogares y el país no habría logrado mayores reducciones de la desigualdad, según este economista. Tras la caída de la economía con la pandemia y su posterior recuperación, El Salvador comenzó a registrar porcentajes de “crecimientos leves” similares a los de décadas anteriores.
Nayib Bukele
El Banco Central informó de un crecimiento del 3,5 % en 2023, pero en áreas como la agricultura han registrado un caída acumulada del 2% en el quinquenio, mientras que la caída de la industria fue de casi el 9% entre 2019 y 2023.
El experto detalló igualmente que la construcción “ha sostenido las cifras macroeconómicas”, pero “estamos hablando de un crecimiento frágil”, dado que a pesar de que genera “mucho empleo”, este es “de bajo salario y de muy corto plazo”, al tiempo que resaltó que El Salvador “sigue siendo el país con la menor atracción de inversión extranjera” en la región y con un alto endeudamiento.
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La deuda pública a marzo de 2024 llegó a los 30.000 millones de dólares, de los que 10.500 han sido generados por el actual Gobierno. En este sentido, para Magaña “pareciera que hay dos países, uno donde se dan cifras buenas, pero la economía de los hogares no la reflejan. Porque esa recuperación no logra llegar a la mayoría de la población y no se ve reflejada en la disminución de desigualdad”.
Otros analistas esperan que las mejoras en seguridad permitan la reactivación del sector privado. Bukele inició su ofensiva contra las pandillas el 27 de marzo de 2022, tras una escalada de homicidios. Desde esa fecha han sido arrestados un poco más de 80.000 pandilleros, según las autoridades.
El Salvador venía de registrar en 2015 su año más mortífero con una tasa de unos 103 homicidios por cada 100.000 habitantes y que en 2018 llegó a 50,3, una caída que se acentuó con la llegada de Bukele a 36 en 2019. En 2020 fue de 21,2, en 2021 de 18,1 y para 2022 se registró una drástica caída a 7,8, según los datos oficiales, lo que concuerda con la implementación del régimen de excepción.
La medida ha dejado más de 80.000 detenciones y se ha extendido en 26 ocasiones por la Asamblea Legislativa de mayoría oficialista, órgano que ha sido pieza vital para su implementación de las medidas y la asignación de los recursos para financiar los organos de seguridad.
EFE
