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06 feb 2020 - 8:05 p. m.

Alerta ambiental en cinco zonas de Bogotá por calidad del aire

El día sin carro y sin moto es para incentivar el uso de la movilidad sostenible, pero no para reducir las emisiones de contaminantes.

Contaminación en Bogotá

La medida fue extendida a toda la ciudad.

Abel Cárdenas

POR:
Portafolio
06 feb 2020 - 8:05 p. m.

El Distrito decretó alerta amarilla en puntos específicos de cinco zonas de Bogotá (Kennedy, Bosa, Fontibon, Puente Aranda y Ciudad Bolívar) por la baja calidad del aire que se ha registrado de manera sostenida en los últimos días.

“Suele ocurrir este fenómeno entre enero y febrero por los cambios drásticos de temperatura. Amanecer a temperaturas muy bajas y seguir en el día con tanto calor causa que las partículas contaminantes que vienen del diésel se concentran y bajan. Por eso vemos una mancha gris en la ciudad”, explicó la alcaldesa Claudia López al medio de este jueves, horas antes de que se decretara la alerta, ante las preguntas de los ciudadanos por una capa de smog que se posaba sobre la capital.

(Le puede interesar: Los sectores que ganan y pierden con el Día sin Carro y sin Moto)

La Secretaria de Ambiente, Carolina Urrutia, confirmó que esto lleva el nombre de inversión térmica y se ha vivido de manera sostenida en los últimos cuatro días.

Ahora, la declaratoria de alerta ambiental viene acompañada de acciones clave para proteger la salud de los capitalinos.

¿Y EL DÍA SIN CARRO?

Es necesario aclarar que el día sin carro y sin moto es una jornada para incentivar el uso de la movilidad sostenible (transporte público, bicicleta, patineta eléctrica o caminar), pero no está diseñado para reducir las emisiones de contaminantes en Bogotá. Esto para decir que no se podía esperar que la actividad contuviera una situación ambiental que ya ‘se cocinaba’ hace varios días.

La razón es sencilla. Los mayores emisores de contaminantes, de tipos móviles y fijos, siguen en las calles. Según el más reciente inventario de emisiones en fuentes móviles y fuentes fijas en Bogotá, hecho por la Secretaría de Ambiente, el transporte de carga es el que más material particulado aporta desde la categoría de fuentes móviles. De PM 10 pone el 38 % anual y de PM 2,5, el más nocivo para la salud, pone
39 %.

Por su parte, los vehículos que no podían salir ayer, carros particulares y motos, emiten el 17 % y 8 % en promedio de este material particulado, respectivamente.
De ahí que, al final de la jornada, la reducción de contaminantes no fuera significativa. Apenas era del 10 % para los niveles de PM 10 y de 2 % para PM 2.5.

LA DEUDA DE BOGOTÁ

La pregunta que queda es qué otras acciones está dispuesto a emprender el Distrito, dentro de su capacidad, para atacar un fenómeno que no solo tiene alcances ambientales, sino de salud pública.

Este 31 de enero comenzó a regir una restricción de movilidad para los vehículos de carga que fueran de modelos de más de 20 años y se han hecho fuertes controles a fuentes móviles y fijas para sancionar a quienes no cumplan con las normas de control de emisiones.

En entrevistas con EL TIEMPO, la Secretaria de Ambiente ha hablado de su interés de acompañar con incentivos la transformación tecnológica de las empresas hacia energías más limpias. “Ya está lo sancionatorio: se avanzó en número de multas y cierres. Pero yo quisiera acompañar ese ‘garrote’ con una ‘zanahoria’: trabajar con la banca privada para ofrecer créditos de fácil acceso para que las empresas puedan hacer la transición”, manifestó la Secretaria cuando recién se posesionó en el cargo.

Además, se comprometió con sanar otra deuda de la capital para enfrentar de manera integral el problema: sacar adelante un nuevo plan decenal sobre calidad del aire. Bogotá tuvo uno que se formuló en 2010 por expertos del Grupo de Estudios en Sostenibilidad Urbana y Regional de la Universidad de Los Andes, pero no llegó a cumplirse a cabalidad. Expertos han recordado que esto exige voluntad política no solo de las autoridades locales, sino de las nacionales, de quienes depende emitir normas más estrictas en términos de combustibles, filtros y controles.

Por lo pronto, lo cierto es que Bogotá enfrenta su primera alerta ambiental del año hasta nuevo aviso. Es decir, hasta que los niveles de concentración de material particulado lleguen a niveles de menor riesgo para la salud humana.

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