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Mario Hernández Zambrano

¡Muchas gracias, Mario Gareña!

Los amigos no se cuentan como el dinero, sino que son como los libros que uno lee...

Mario Hernández Zambrano
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Mario Hernández Zambrano

Hay quien dice que “uno tiene a sus amigos completos”, con lo que la amistad es un concepto exclusivo que va más allá del tiempo de interacción de los seres humanos, pero no es el caso entrar a filosofar aquí. Pero también es muy cierto que no se escoge a los amigos, sino que son el producto de circunstancias de distinto tipo que hace que se de esa selección casi natural, espontánea y sin presiones.

Jesús Antonio García Peña, Mario Gareña, como muchos provincianos, llegó a Bogotá, a buscar suerte a comienzos de los sesenta, procedente de Barranquilla, como otros lo fuimos de Santander, Boyacá o cualquier otra región. A lo mejor la solidaridad en la dificultad, la impersonal y selvática gran ciudad y el frío sabanero nos unió rápidamente con otros amigos como J. Álvarez Botero, Alfonso Lizarazo y Álvaro Lamprea, pero la verdad rápidamente comenzamos a girar alrededor de Mario, sin duda por su alegría e inteligencia musical, pero también por su espíritu solidario y desprendimiento y una dosis de irresponsabilidad juvenil. El bar Los Vitrales en la calle 19 de Bogotá fue testigo de muchísimos encuentros y ratos de alegría. Gentil Montaña y Jimmy Salcedo eran parte del grupo, que sin duda hacían sentir un gran orgullo porque junto con Gareña eran seres especiales e iluminados.

Durante muchos años, lo seguimos a distintos sitios de la capital, en su trabajo como showman en discotecas y bares y luego nos acompañó a eventos de nuestros trabajos como en las fiestas de Asocueros, gremio de calzado y manufacturas de cuero. Mario siempre estuvo ahí presente dispuesto a ayudar y siempre hablaba de la Colombia que soñaba. No podía ser de otra forma alguien que compuso: Yo me llamo cumbia, Mi novia es Barranquilla y Santa, Santa, Santa Marta. Sus ideas eran tan claras que a comienzos de los noventa incursionó en la política creando su propio movimiento ‘Amor por Colombia’, pensando que podría llegar a la Presidencia de Colombia. Como todo artista consagrado, un iluso por naturaleza, al que se le perdona todo. Así son los amigos.

A los 30 años se vino de Barranquilla para Bogotá. Casi treinta años después se fue de Bogotá para Estados Unidos, luego de su ‘fracaso’ político y luego, pasados otros 30 años, falleció en Estados Unidos. Increíble, como para una canción compuesta por Gareña ‘Te dejo el mundo sin mi’ como una segunda versión de Te dejo la ciudad sin mi. Seguro que Gentil y Zumaqué le harán un homenaje, al lado de Escalona y Jimmy.
En varias oportunidades quisimos hacerle un homenaje pidiéndole que regresara a Colombia. Por distintas razones no se pudo, pero nos deja un gran pesar y culpa por no haber hecho lo suficiente para lograrlo. Los amigos no se cuentan como el dinero, sino que son como los libros que uno lee... pueden no ser muchos, pero se recuerda a los mejores. Y ahí estará Mario Gareña por siempre. Paz en su tumba.

...
PD. Me gustó el nombramiento de Carrasquilla en el Banco de la República. Mal político, pero gran economista, pues en el Banco no se ‘politiquea’.


MARIO HERNÁNDEZ
Empresario exportador

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