Sosas, el restaurante en el que el pan es el amo y señor de la cocina

Tres hermanos, Carlos, Daniela y Javier Sosa, empezaron hace 6 años a cocinar cheesecakes para vender en San Andrés.

“Siempre habíamos tenido un gran gusto por la cocina y queríamos iniciar un negocio. Era una receta de nuestra mamá, la mejoramos y empezamos a venderlos. Los preparábamos en un horno pequeño de casa y nos dimos a conocer por Instagram o llamadas”, cuenta Carlos.

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Les fue bien con su receta y llegaron a Alimentarte, uno de los festivales gastronómicos más grandes de Bogotá, con la propuesta de paletas de cheesecake. “Fue un reto porque era nuestra primera producción grande del producto. Empezamos a transformar el concepto con el tiempo”, puntualiza Carlos.

De allí dieron el salto a una cocina. En 2017 abrieron un café, en la carrera 15 con calle 118, en Bogotá. “Un salto grande”, para ellos. En ese momento, la cocina dejó de ser un hobbie y pasó a ser una pasión y un modo de vivir. Desde el principio pensaron en un lugar para compartir y pasar un rato agradable.

Carlos cuenta que nació con la pasión por la panadería. “Me parece que el pan es un alimento delicioso para cualquier momento del día”, afirma.

Empezaron a hacer panes rellenos. Y en el primer año de la pandemia de covid-19 lograron consolidarse llevando productos de panadería a las casas. A su natal San Andrés, puntualmente, llegaron con panes esenciales, llenando un vacío que tenía la isla, un lugar en donde se suelen comercializar panes industriales.

“Eso nos llevó a abrir la panadería como el elemento principal de Sosas”, cuenta.

Ahí incursionaron en los supermercados, donde era necesaria la estandarización, durabilidad, costo y el transporte a San Andrés, “lo que es complicado”. También llevaron su panadería a restaurantes y hoteles de la isla.

“Después de la pandemia nos dimos cuenta que el café se quedaba pequeño. Pudimos creer más en Sosas. Éramos un grupo pequeño de trabajadores, pero pudimos mantenernos y no despedir a nadie. Los clientes nos pidieron a domicilio y así nos sostuvimos”, cuenta Carlos Sosa.

Por eso, abrieron su restaurante en marzo de 2022. “Eso exige más planeación, financiación, organización. Hay muchas cosas detrás de un restaurante que uno no suele ver. La cocina es un tema de vocación al servicio y pasión”, cuenta uno de sus fundadores.

Pasaron de una cocina de 5 personas a una de 20, y el 80 % de su planta es de Venezuela. Allí tienen panadería, pastelería, coctelería, música en vivo y demás. Es decir, un restaurante a base de panes para cualquier momento del día.

En Sosas la persona tiene la posibilidad de ver la masa, cómo se hacen las tortas, al pastelero decorando y, en general, toda la cocina abierta que permite ver lo que está detrás de las preparaciones.

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Carlos reconoce que uno de los retos para emprender es la parte financiera, pues se necesita mucha organización en este aspecto. También dice que los temas jurídicos que hay que aprender y generalmente se desconocen, como las regulaciones y la tributación.

En el caso de los restaurantes, para él, es clave el manejo de inventario y de costos. Asimismo, ir forjando una personalidad que lleve a que las personas reconozcan el lugar por su particularidad. 

Aconseja que para emprender es importante la espiritualidad, conocerse a uno mismo, conocer sus debilidades y fortalezas. Y, por último, tener paciencia en el proceso de emprender, porque es un camino de muchos retos. E insiste en que hay que confiar en la idea.

“Lo más importante es lanzarse a hacer las cosas. Siempre hay miedo porque emprender implica un riesgo monetario, emocional y demás, pero hay que hacerlo”, cuenta.

Lo próximo para Sosas es posicionar el restaurante en Bogotá. Asimismo, posicionar la panadería en San Andrés y expandir la línea de pan a otros sitios de la capital y otras ciudades.

Los recomendados de él son las focaccias, los pulpo roll, las tostadas francesas, el sándwich de huevo y los cheesecake, que son personalizables.

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