Con el paso del tiempo, varias marcas nacionales han quedado atrás por distintas circunstancias, pero siguen en el recuerdo de los colombianos.
Ese es el caso de la emblemática Fábrica Nacional de Muñecos, que nació hacia 1940, fundada por Jorge Humberto Bernal Valero.
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El empresario creó una importante infraestructura y alcanzó a tener un centenar de empleados en Bogotá para producir muñecos que marcaron la vida de muchas niñas de diferentes generaciones que los esperaban con anhelo en el árbol de Navidad.
El recordado Angelino y el icónico Ricardo, junto a Paola, Lagrimitas y Daniel, entre otros, hicieron parte de la lista de personajes con los cuales muchas niñas se divirtieron por décadas. Esto, hasta cerca del 2010 cuando las dificultades económicas causó la liquidación de la compañía y los productos importador empezaron a dominar en el mercado de los juguetes.
Ahora Sebastián Bernal, nieto del fundador e hijo de Ricardo Bernal, en quien está inspirado el icónico muñeco, se ha puesto en la tarea de lo que ha llamado el “Renacer de la Fábrica Nacional de Muñecos”.
Artista, formado en marketing y comunicaciones, y productor en medios audiovisuales decidió dejar sus actividades habituales para mover, a través de las redes sociales, los recuerdos de muchas mamás y abuelas alrededor de la reconocida empresa y sus diferentes muñecos.
Explicó que se enorgullece de su papá, de la experiencia que vivió en la infancia recorriendo la fábrica y de la tradición familiar que se tejió alrededor de la producción de los muñecos.
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Muñecos (referencia)
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Señaló que en medio de la pandemia, a nivel personal y familiar surgieron las reflexiones sobre el fin que había tenido la empresa familiar y todos lo que significó en la infancia de tantos colombianos.
Tras la crisis sanitaria “surgió un súbito impulso de querer indagar la huella que habíamos dejado como la Fábrica Nacional de Muñecos. Qué mejor que mirar hacia internet y encontrar muchas personas dedicadas a reconocer lo hermoso que fue. Decidimos abrir oficialmente las redes para reunir a las personas que la recordaban. Resultaron varias mujeres y hombres que se sumaron con un contenido valiosa”, comentó Bernal , al destacar la receptividad y el cariño con el que se mencionaban la marca y los muñecos.
Luego, el año pasado, la marca invitó a personas que tenían todavía los muñecos de la extinta empresa a mostrarlos, a compartir sus experiencias y sus remembranzas y a recibir un certificado virtual de autenticidad de la Fábrica Nacional de Muñecos. Cerca de 1.000 personas solicitaron el reconocimiento.
También produjo una edición limitada de Angelino que se vendió muy bien.
Eso sirvió para concluir que la marca tiene un impacto entre las personas y que la conexión con la marca no había perdido, sostuvo Sebastián Bernal.
“Queremos volver a nacer en una ciudad del futuro con niños en cuerpos de adultos. Así que te pido que vayamos juntos en este mundo, pero siempre, con eternos, bellos, corazones”, dice un mensaje que ha puesto circular en YouTube y que ha sumado seguidores.
“Volvemos de a poco con tres muñecos sorpresa, los cuales vamos a revelarte en nuestra próxima sesión… también queremos que sepas en nuestro próximo encuentro cómo es que volveremos, ya que esto es algo que solo hacemos por ti”, también manifiesta Bernal en ese mensaje que también ha compartido en un WhatsApp al que se han sumado numerosas personas a la expectativa de lo que va a pasar en los días que vienen con Fábrica Nacional de Muñecos.
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En diálogo con Portafolio, Sebastián Bernal explica que el renacer de la compañía y de sus emblemáticos personajes apuntan a que se vuelvan a producir, pero ya no de forma masiva como en otras épocas. La idea es lograr que la comunidad de seguidores encargue los muñecos de tres que debe anunciar hoy.
“En muchas de las industrias que hay aquí de muñecos en Colombia, sus dueños tuvieron vínculos con la Fábrica Nacional de Muñecos, parte de las conexiones siguen manteniéndose y parte de la familia también se dedicó a la producción de plástico, por ejemplo. Entonces es algo muy bonito, si nosotros tenemos ese now how y la calidad y este cariño por esta labor, miramos si se puede sacar una producción enfocada en este 2024. No será a gran escala, pero sí al modelo actual”.
“El año pasado hicimos unas producciones interesantes, en la que varias mujeres se sumaron. También hubo hombres interesados por comprarles a sus mamás y a sus esposas. Queremos este año hacer algo parecido, tal vez un poco mayor”, detalló, y agregó que en ese momento “nos fue bien, la acogida fue buena y queremos hacer este renacer. Se trata de reunir a la comunidad”.
En todo caso, insistió que ya pasó el tiempo de estar en grandes almacenes de cadena, de competir con muñecos como la Barbie o de participar en guerras de precios que imponen los mercados. “La producción, tipo años 70’s y 80’s ya ha cambiado”, anotó.
“Aquí lo importante es que más allá de quiebras, de documentos, de situaciones adversas, sociopolíticas del momento, de los años 90 con esto de la apertura, que generó un impacto grande, triste, el renacer viene, es de la familia que siempre ha sabido hacer los muñecos y que vuelve a resurgir no por documentos, sino porque la vida sigue y la pandemia nos dio oportunidades de reflexión, ese es el mensaje”, comentó al señalar que prefiere no remitirse a la historia y a las causas que llevaron al fin de la empresa que creo su abuelo.
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En efecto, la apertura económica que inició en 1990 fue el inicio de la crisis de esta empresa, que era símbolo de la industria nacional. El aumento de las importaciones de juguetes y la llegada de marcas importantes del sector empezaron a impactar en el mercado. También influyó en la situación de la compañía el contrabando de juguetes.
La empresa trató de salvarse y empezó el camino desde 1999, cuando logró el concordato con acuerdos con sus acreedores.
Finalmente, hacia el 2013, luego de cuatro años de una crisis seria, la Fábrica Nacional de Muñecos culminó el proceso de liquidación.
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CONSTANZA GÓMEZ GUASCA
Portafolio
