Un mecanismo que por décadas ha funcionado para permitir la llegada a destinos poco convencionales es el acuatizaje de hidronaves, un modelo mediante el cual los aviones de menor escala pueden aterrizar en el agua.
Este esquema espera llegar de manera formal a Colombia para el primer trimestre de 2025 a la región Caribe, con el fin de unir a más regiones en un menor tiempo, a través de la empresa Alma Air, cuyo director comercial, Rupert Stebbings, detalló el avance del proceso con la Aerocivil, con el que tienen en mente su llegada al departamento del Meta.
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Solicitaron llegar al país con este modelo, ¿Cómo va el proceso ante la Aerocivil?
Con el objetivo de presentar sus propuestas para el regreso de los viajes en hidroavión a Colombia y brindar nuevas experiencias a los viajeros, que mejoren la conectividad a diversos destinos turísticos en todo el país, directivos de Alma Air presentamos en audiencia pública el proyecto a los directivos del Comité Evaluador de Proyectos Aerocomerciales de la Aeronáutica Civil, que se llevó a cabo el pasado 12 de septiembre en Bogotá, para justificar la necesidad y conveniencia del proyecto y así adelantar la primera fase. Ello para continuar con la fase de certificación, una vez el director de la entidad, previa recomendación del Comité, apruebe el proyecto, y se puedan seguir con los respectivos trámites y cumplir con toda la normatividad exigida por Colombia.
Los propietarios del proyecto Alma consideraron por primera vez los viajes en hidroavión en 2020 y mantuvieron conversaciones iniciales con Aerocivil. La pandemia congeló el proceso, pero el interés nunca decayó y ahora el proyecto avanza hacia su materialización.
Aunque los hidroaviones tienen una profunda historia en Colombia, la mayoría no está familiarizada con su funcionamiento. No sólo queremos recuperar esta majestuosa forma de viajar, sino que queremos formar parte del proceso educativo de todos los colombianos.
Estamos trabajando no sólo con la Aerocivil, sino también con la Dimar, así como con otras entidades acuáticas, para garantizar que tanto la seguridad como la protección del medio ambiente sean primordiales.
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Rupert Stebbings, director Comercial de Alma Air.
Alma Air.
¿Cuál es su apuesta en el país?
Hace 104 años que los hidroaviones aparecieron por primera vez en las costas de Colombia cuando Scadta, precursora de Avianca, comenzó a explorar los cielos del país desde una base en Barranquilla. Aquel primer vuelo partió de la base de Veranillo y tras varios días llegó a El Banco, a 350 kms por el Magdalena hacia el sur.
Ahora, décadas después de desaparecer, esos hidroaviones están a punto de regresar, y una vez más ofrecerán a los pasajeros aterrizar en una pista tradicional, o en el agua, ya sea un río, un lago o el mismo mar.
En los últimos años, cada vez más personas en todo el mundo han experimentado lo que solía ser el mundo exclusivo de los viajes en avión, aunque muy pocos han despegado o aterrizado en algo que no sea asfalto o concreto.
Igualmente, mientras que el turismo está en auge, hay una demanda de un nuevo tipo de visitante, uno que desea llegar a las regiones de Colombia que pocos han visto. Alma no está sola en esta dirección, ya que las compañías de cruceros Amawaterways y Metropolitan iniciarán sus travesías por el Magdalena a principios de 2025. Todo ello, unido a nuevos proyectos hoteleros como el del Four Seasons en Cartagena, pretende atraer un aumento del perfil de gasto de quienes visitan Colombia que, a su vez, apoye las economías locales de los destinos a los que llegan.
¿Por qué su importancia en la geografía de Colombia?
Los viajes en hidroavión son un fenómeno creciente en todo el mundo. Muchos conocen las Maldivas, Alaska y las Bahamas como centros neurálgicos de este tipo de turismo. Sin embargo, sólo recientemente estamos asistiendo a la expansión a países como Grecia, Tailandia y Camboya, y otros como España y México también están estudiando las posibilidades.
En términos de agua, Colombia tiene tanto o más que ofrecer que la mayoría de los países. Pocos países del mundo, si es que hay alguno, pueden contar con dos grandes costas, más de 20.000 kms de ríos y casi 3.000 lagos, y ésta es la razón por la que Alma Air ve en Colombia una oportunidad maravillosa.
Traer hidroaviones a Colombia no es reinventar la rueda. Es un país que se presta a esta forma única de viajar por varias razones y la cantidad de agua es sólo una de ellas.
¿Dónde entrarían a operar y cuándo?
Mompox, Barú, Santa Marta, Cartagena y Barranquilla serán los primeros destinos que tendrán rutas en Colombia, a partir del primer trimestre de 2025, tiempo en el que esperamos iniciar operaciones en el país.
El Aeropuerto Rafael Núñez, de Cartagena, será la base de operaciones prevista para Alma Air y hay una buena razón para ello. Según, la Aerocivil, más de un millón de pasajeros llegan anualmente a los aeropuertos del Caribe, pero la mayoría aterriza en Cartagena, y se trata de un público que quiere disfrutar cada vez más de Colombia.
La conectividad a lo largo de la costa caribeña ha sido durante mucho tiempo un problema y Alma quiere aprovecharlo. Muchos de los que llegan a Colombia por primera vez quieren conocer tantos destinos diferentes como sea posible, pero pronto se encuentran con que sus opciones son limitadas debido a la infraestructura.
No hay excursión de un día a Mompox desde Cartagena, a pesar de estar a sólo 280 kms al sur. Es un viaje de al menos 5 horas, si el tráfico es bueno, y esa historia se repite a lo largo de la costa. Hermosos destinos como Punta Gallinas o Ayapel son casi inaccesibles para aquellos con tiempo limitado en Colombia, e incluso para aquellos que nacieron o ahora residen en Colombia. Alma quiere cambiar este paradigma.
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Hidronaves de Alma Air
Alma Air.
¿Cuáles son sus expectativas?
La expectativa de Alma es estar surcando los cielos de Colombia a principios de 2025 con la llegada inicial de dos aviones, pero no dudamos que una vez estén en el país habrá demanda de otras regiones por los servicios que ofrecen. Con Alma Air esperamos que, a través de un servicio chárter, bajo demanda, les permitamos al pasajero ir a donde quiera y cuando quiera.
He pasado los últimos cuatro años dialogando con cada una de las personas relacionadas con el turismo y con los viajes a lo largo de la costa atlántica. Y ya sean gobernadores, alcaldes, agencias de viajes u hoteles, hay una unidad en su mensaje: “Colombia necesita nuevas formas de viajar, nuevas experiencias para el sector turístico y sobre todo mejor conectividad”.
¿Cómo es posible que para recorrer los 234 kms que separan Cartagena de Santa Marta tenga que estar sentado en mi coche durante cinco horas o tomar un vuelo que conecte con Bogotá, 1.000 km al sur, cuando un vuelo directo tarda 31 minutos?
Alma ha estado estudiando el mercado colombiano desde 2020 con la intención de concentrar sus esfuerzos iniciales a lo largo de la costa caribeña. Estamos mirando más allá debido a las conversaciones en curso en todo el país de destinos que incluyen las regiones de Antioquia y Meta. Estos serán para el futuro, pero claramente, hay apetito de estos lugares.
También desde la pandemia de 2020 los viajes a nivel mundial han aumentado, no sólo en volumen sino también en la demanda de lugares cada vez más exóticos - LA l selfie frente a la Torre Eiffel o la Gran Muralla China ya no es suficiente. Ahora quieren esa misma foto frente a un lugar donde el 99 % del mundo nunca ha estado, Colombia está hecha para eso, y los hidroaviones lo hacen cada vez más posible.
Para quienes visitan Colombia por primera vez, existe una lista de verificación que puede incluir las murallas, en Cartagena, una caminata a Monserrate, en Bogotá o un recorrido por la Comuna 13, en Medellín, pero Colombia tiene mucho más que ofrecer. Pero, ¿cuánto de ello está oculto o es inaccesible, ya sea físicamente o debido a limitaciones de tiempo?.
PAULA GALEANO BALAGUERA
Periodista de Portafolio
