El pasado período legislativo cerró con una buena noticia para las organizaciones sociales que luchan para erradicar el hambre y cerrar las brechas de desigualdad alimentaria que hay en el país, puesto que se aprobó la ley que genera nuevas estrategias, esta vez desde lo tributario, para promover la donación de alimentos por parte de las grandes empresas.
Esta no es una batalla menor si se tiene en cuenta que en Colombia se pierden 9,7 millones de toneladas de alimentos al año, mientras que casi un tercio de los hogares vive en inseguridad alimentaria grave o moderada, panorama que hace parte de la paradoja que a diario obliga el esfuerzo de cientos de colectivos para erradicarlas.
Alimentos congelados
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Para convertirse oficialmente en una norma nacional, a esta iniciativa le faltaba solo el aval de la Casa de Nariño, que esta semana anunció la sanción presidencial de la que de ahora en adelante se conocerá como la Ley 2380 de 2024, la cual incentiva la donación de alimentos a los bancos de alimentos para combatir el hambre, proporcionando nuevos beneficios tributarios a los donantes.
La representante Saray Robayo fue la mente y músculo detrás de que este proyecto hoy en día sea una realidad y desde su perspectiva, de ahora en adelante Colombia tendrá una herramienta que le permita llevar una ayuda a las comunidades más vulnerables, aprovechando esos recursos que en muchas ocasiones se desperdician y que podrían aportar a que haya una sociedad más equitativa.
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“Esto es el resultado de un esfuerzo de muchas personas, equipo de trabajo, colaboradores, otros senadores y representantes, que al igual que muchos de nosotros cree que es necesario generar estrategias para llegar a quienes no tienen una comida asegurada y hoy podemos decir que hay una realidad, que las cosas se lograron”, sostuvo Robayo.
Alimentos congelados
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Descuentos tributarios
El gran atractivo o estímulo para que las empresas donen alimentos y eviten que estos se desperdicien, tiene que ver con los descuentos en el impuesto de renta que se generarán con base en las cantidades donadas, que no solo se aumentaron en sus rangos de cálculo, sino que además se simplificaron los trámites.
“El articulado establece un descuento del 37% al impuesto de renta del valor donado, en el año o período gravable, a bancos de alimentos sin ánimo de lucro, iglesias reconocidas y a asociaciones de bancos de alimentos”, explicó Saray Robayo.
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Vale la pena agregar que esta nueva ley estipula que los gastos de transporte de las donaciones se incluyen dentro del valor susceptible de beneficio tributario, que podrá ser utilizado durante las cuatro vigencias posteriores al año o período gravable en el que se realizó la donación. Además, las donaciones de elementos de higiene y aseo recibirán el beneficio fiscal correspondiente y estarán excluidas del IVA; para que de esta forma se generen incentivos tributarios también en este sentido.
Por otra parte, la ley permite al Gobierno Nacional y a los gobiernos departamentales, distritales y municipales crear bancos de alimentos o articular con los existentes. De esta forma se le apunta a evitar la pérdida y desperdicio de alimentos en todas las etapas de las cadenas de producción, distribución, comercialización y suministro y así mejorar la eficiencia en el manejo de recursos alimentarios y asegurar una mejor distribución a quienes más lo necesitan.
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Milton Díaz
Según la fundación Ábaco, El 40 % de los alimentos que se pierden en el país están en la producción agropecuaria, por la falta de planes de abastecimiento que pongan en "una balanza la oferta y la demanda" para no producir de más, además de la escasez de rutas terciarias o buen estado de las vías para el transporte de alimentos.
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Por otro lado, el 16 % de los alimentos que se desperdician provienen de los hogares. Según un estudio de WWF, los colombianos entienden el desperdicio "solamente como lo que ocurre en el plato", pero engloba mucho más como el vencimiento de alimentos sin consumir.
