Me puse a revisar los últimos pronunciamientos del presidente Petro y me encontré que muchos, la mayoría quizás, son negativos. Descalificaciones, criticas, unas cuantas reflexiones, algo de historia, algunos insultos. El sabor de buena parte de sus declaraciones es la descalificación de alguien o de algo.
Blanco usual de sus dardos son los empresarios colombianos y extranjeros. Y mientras hacía este ejercicio, me preguntaba: ¿Cómo se puede liderar un país si la crítica es lo más recurrente? ¿Cuál es la inspiración que pretende trasladar a los ciudadanos? ¿Como llega a sus corazones? Quedé desolado.
Colombia necesita una visión de presente y futuro que evidentemente no la está ofreciendo el Presidente. Se la pasa peleando y desacreditando a tantas personas e instituciones. Pero el país no se ha detenido por este comportamiento. También hice el ejercicio contrario. Me di a la tarea de buscar inspiración, fuentes de iniciativas que congregan y unan a los colombianos. Y me encontré con muchos proyectos. Muchísimos. Fundaciones, programas de televisión y radio, podcast, emprendedores, conversaciones en redes sociales. La creatividad de los ciudadanos no tiene límites. Hay una explosión de propuestas e ideas surgidas durante el último año. Somos un país, ya lo hemos demostrado en varias coyunturas difíciles, que se crece en medio de la adversidad. Los colombianos no nos rendimos. No es una frase de cajón.
Cuando ocurrió el desafío terrorista de Pablo Escobar y sus aliados, salió a relucir esa cualidad de Colombia y sus ciudadanos. Salimos fortalecidos como nación de ese momento. Fue cuando nos unimos alrededor de la Asamblea Nacional Constituyente de 1991 y el resultado fue la nueva Constitución, un nuevo contrato social para el país. Un momento de reconciliación y de potenciar nuestras fortalezas. Una Constitución para la paz.
Ojalá el presidente y sus ministros analizaran el momento actual y cambiaran de actitud. No es necesario que modifique sus ideas. Con ellas a cuestas pueden sumarse a esta construcción colectiva. No es momento de excluir a nadie. No tengo duda que el país que llegará a las próximas elecciones de 2026 será uno en el cual sus ciudadanos serán muy conscientes del momento que vivimos. Uno en el cual debemos cerrarle la puerta al populismo, sea de izquierda o derecha. Necesitamos gobiernos que transformen positivamente nuestra realidad. Por supuesto, el cambio está en la agenda. Pero un cambio que construya sobre lo construido, que no de saltos al vacío. Que no nazca de la ideología y las improvisaciones.
Estamos atravesando durísimos momentos de inseguridad en todo el territorio. La salud de 50 millones de colombianos está en cuidados intensivos. Necesitamos un gobierno que recupere el trabajo técnico, riguroso, que elimine tantos privilegios que han acumulado los políticos, que tengamos una política exterior coherente. Tenemos esperanza, por supuesto. De esta coyuntura salimos fortalecidos, pero hay que mantener la buena actitud. El que sepa unir y congregar, triunfará.
RICARDO SANTAMARÍA
Analista.
