En 2026, Colombia se enfrenta a una encrucijada crítica tras el desgobierno de Gustavo Petro en el que ha sumido al país, ha sido un período marcado por una profunda polarización, escándalos de corrupción, des institucionalización, destrucción productiva y manipulación de las comunicaciones, debilitando gravemente la democracia y el desarrollo económico y social del país.
Las políticas erráticas y la retórica divisoria tienen a Colombia en un estado de vulnerabilidad institucional, alimentando la desconfianza y la incertidumbre en todos los niveles de la sociedad.
Es en este contexto que se hace evidente la necesidad de un liderazgo con la fortaleza y visión que ofrecen figuras regionales como María Corina Machado y Luis Abinader.
María Corina Machado, enfrentando persecuciones, bloqueos y una campaña de hostigamiento sin precedentes por parte del régimen de Nicolás Maduro, se ha convertido en una nueva libertadora para Venezuela.
A pesar de los intentos del régimen por silenciarla, Machado no solo resistió, sino que recorrió cada rincón del hermano país, escuchando y uniendo a un pueblo cansado de la opresión.
Su capacidad de organización y su determinación fueron clave para lograr lo impensable: derrotar a la dictadura en las urnas con Edmundo González, a pesar de que Maduro se niegue a aceptar el resultado.
Machado es el ejemplo perfecto de la valentía y resiliencia que Colombia necesita en su liderazgo, alguien capaz de enfrentar la adversidad y guiar al país hacia la recuperación de la legalidad y la democracia.
Por otro lado, Luis Abinader, presidente de la República Dominicana, ha demostrado cómo un líder con visión empresarial puede transformar un país.
Mientras el gobierno de Petro parece haber renunciado a la evolución industrial y tecnológica, Abinader ha liderado una ambiciosa estrategia basada en confianza inversionista, para posicionar a su país como líder en turismo, y ahora en una gran apuesta como la producción de semiconductores, un sector clave para el futuro global.
Este tipo de liderazgo es lo que Colombia necesita desesperadamente: un líder que entienda la importancia de la innovación y el desarrollo económico en un mundo cada vez más interconectado y tecnológicamente avanzado. Abinader ha demostrado que es posible combinar el desarrollo económico con un firme compromiso con la democracia, creando un entorno donde el sector privado y la iniciativa pública trabajan de la mano para construir un futuro próspero.
El 2026 no debe ser un simple retorno al pasado, Colombia con liderazgo, visión y valentía podrá superar el legado de desgobierno y división que ha dejado la administración de Gustavo Petro, y avanzar hacia un futuro de prosperidad, justicia y unidad.
Víctor Muñoz
Emprendedor, investigador, analista
