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Salomón Kassin Tesone

El dilema del dictador

Para Venezuela no es alternativa convertirse en un país con una limitación en sus relaciones, similar a las de Corea del Norte.

Salomón Kassin Tesone
Banquero de inversión.
POR:
Salomón Kassin Tesone

En su libro El dilema del dictador ante la urna electoral (The Dictator’s Dilemma at the Ballot Box), Masaaki Higashijima, profesor de ciencia política en la Universidad de Tokio, analiza los desafíos particulares que tienen los gobernantes autócratas ante el panorama electoral.

Encontré reseñado este libro cuando buscaba responder mi inquietud sobre la obsesión de algunos gobernantes o tiranos (en el más preciso sentido de la palabra) de lograr presentarse al mundo como si tuvieran el respaldo del voto popular, a pesar de que es obvio –tanto para ellos mismos como para todos— que el resultado es fruto de lo que el profesor llama ‘destreza manipulativa’ (manipulative skill), la única herramienta que tienen a su alcance los autócratas para presentarse como ganadores de una elección ilegítima.

Pareciera, sí, que poder vender la validación de unas elecciones, por más ‘intervenidas’ que sean, les permiten a gobiernos cercanos hacerse cómplices de un engaño, manteniendo relaciones diplomáticas y comerciales de forma normal. Desafortunadamente, no llega el libro a determinar si el escrutinio internacional logra imposibilitar la manipulación electoral.

Es evidente que Maduro y su régimen no fueron lo suficientemente diestros en su manipulación. Se confiaron de lo que les había funcionado en el pasado y viéndose expuestos a la realidad incontrovertible de una votación masiva, reaccionaron creando una ficción que no logró legitimarse ante los ojos del mundo, mientras que un operativo impecable de control en las urnas permitió con la ayuda de tecnología probar lo contrario. (Un ejemplo para seguir por Colombia).

Viendo esto, el gobierno, encabezado por Diosdado Cabello, ha iniciado una represión violenta a las protestas pacíficas que han sido el vehículo del pueblo venezolano para expresar su descontento.

El contraste en la reacción (violencia represiva a la manifestación pacífica), no puede ser negado por los miembros del estamento militar. Tampoco ignoran el tono conciliador del presidente electo, Edmundo González. Cabe la posibilidad de que, viendo que la comunidad internacional sigue exigiéndole al gobierno pruebas de su informe, los miembros de dicho gobierno disientan paulatinamente, para evitar el riesgo de ser acusados ante la Corte Internacional de complicidad en delitos de lesa humanidad.

La posición de Colombia ante estos hechos es presagio de lo que puede venir en un futuro. Dejar de oponerse a los actos de violencia y no exigir el respeto absoluto de las autoridades venezolanas a los derechos humanos, es incompatible totalmente con la postura de un gobierno que se precia de apoyar incondicionalmente la búsqueda de la paz en su propio territorio y en la ‘galaxia’.

Para Venezuela no es alternativa convertirse en un país con una limitación en sus relaciones, similar a las de Corea del Norte. Es por esto por lo que aspiramos a que el apoyo y la solidaridad que la comunidad internacional le ha dado a una oposición unida, liderada por María Corina Machado no disminuyan. De esa forma veremos resquebrajarse la despreciable tiranía.

SALOMÓN KASSIN TESONE
​Banquero de inversión.

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