El país desea un cambio frente al gobierno del Pacto Histórico, pero sin un regreso al pasado. La demanda es por propuestas frescas, desde las regiones, que rompan con el “bogo-centrismo” y se alejen de la política tradicional percibida como desgastada y corrupta.
La Costa Atlántica, una región que ha sido determinante en los últimos 12 años para definir al ganador en segunda vuelta -como ocurrió con Juan Manuel Santos, Iván Duque y Gustavo Petro- debe ocupar un lugar central en la agenda electoral. Incluso, no sería extraño pensar en la posibilidad de que la región impulse un candidato propio.
Los votantes buscan liderazgos que no provengan del establecimiento político tradicional, sino que representen un cambio real y auténtico.
Los desafíos que enfrenta el país son variados: crisis de seguridad. energía, empleo, salud, narcotráfico, gastos desbordados, incapacidad técnica en el Ejecutivo, desinstitucionalización y muchos más. Los candidatos deberán recorrer el país y tener contacto directo con la gente, escuchar y construir sus propuestas de la mano con la ciudadanía. La estrategia electoral no puede limitarse a los medios de comunicación tradicionales como las mesas de radio o los grandes canales de televisión. Debe basarse en una red descentralizada de células o tribus que se conectan de maneras diversas y adaptadas a las realidades locales, sin uniformidad ni mensajes únicos.
El mundo digital será un componente importante, pero no suficiente. Las redes sociales tradicionales como Facebook, Instagram, Twitter e incluso TikTok han perdido influencia en algunas regiones. Hoy en día, plataformas como WhatsApp y Telegram son las verdaderas arterias informativas en muchas partes del país. Las campañas deben concentrarse en mensajes cortos, concisos, e ilustrativos en estos espacios para movilizar simpatizantes y crear una narrativa sólida que resuene en los territorios.
Un tema relevante es la creciente ola de mujeres líderes en la región, con figuras como Claudia Sheinbaum en México, María Corina Machado en Venezuela, o Kamala Harris en Estados Unidos, lo que podría allanar el camino para que Colombia tenga su primera presidenta. Tras haber tenido dos vicepresidentas, el país parece estar listo para que una mujer asuma la presidencia. Nombres como Vicky Dávila, Claudia López, María Fernanda Cabal, María José Pizarro, Elsa Noguera y Paloma Valencia ya suenan como potenciales candidatas que podrían romper este techo de cristal.
Finalmente, no podemos pasar por alto la posible participación de candidatos experimentados como Sergio Fajardo y Enrique Peñalosa que, de ganar, llegarían a la presidencia con 70 y 72 años respectivamente, siendo superados en edad solo por Manuel Antonio Sanclemente, quien asumió el cargo hace 127 años a los 84 años.
El 2026 será un año decisivo para Colombia, y aunque la campaña presidencial aún no ha comenzado, desde ya la estrategia electoral será fundamental.
Víctor Muñoz
Emprendedor, investigador, analista
