Durante décadas, la innovación se ha percibido como un privilegio exclusivo de las grandes corporaciones y de los gigantes tecnológicos. Sin embargo, la irrupción de la Inteligencia Artificial Generativa (IAG) está creando oportunidades reales para democratizar la innovación empresarial. En Colombia, las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), que representan más del 99% del sector productivo y esta revolución tecnológica, promete transformar ese panorama empresarial.
Tres factores han contribuido de manera decisiva al potencial de la IAG para democratizar la innovación. El primero, el costo de la IA disminuyó considerablemente. Muchos modelos de IAG están disponibles en versiones gratuitas o mediante suscripciones asequibles, lo que permite a empresas de todos los tamaños experimentar con estas herramientas sin grandes inversiones. Según McKinsey, en países en vía de desarrollo, el uso regular de la IAG en el trabajo se ha incrementado del 20% al 42% en el último año.
En segundo lugar, la curva de aprendizaje para usar estos modelos se ha reducido gracias al uso de interfaces intuitivas basadas en lenguaje natural. Ya no es indispensable tener conocimientos avanzados para interactuar de forma eficiente con una IAG. Ahora, basta con acceder a un chatbot y comenzar a hacer solicitudes de manera sencilla.
Finalmente, la IAG promete incrementar la productividad de las personas, y potenciar su capacidad creativa. Expertos señalan que el mayor beneficio de la IAG no será reemplazar la creatividad humana, sino ampliar nuestras capacidades cognitivas y mejorar nuestro desempeño en tareas no estructuradas.
La ventaja más directa de la IAG es que puede ayudar a reducir la carga cognitiva de las tareas rutinarias, liberando tiempo y energía mental para que los trabajadores se enfoquen en aspectos más creativos y estratégicos. Otra ventaja es la capacidad de la IAG para promover el pensamiento divergente, haciendo conexiones entre conceptos remotos para producir ideas novedosas.
La IAG revoluciona los procesos de diseño y prototipado. Con estas herramientas, las Mipymes pueden generar y visualizar múltiples iteraciones de un producto en cuestión de minutos, acelerando el ciclo de innovación. Esto les permitirá experimentar más, tomar riesgos calculados y llevar nuevas ideas al mercado con mayor rapidez.
A medida que la IAG continúe evolucionando, se espera que habrá aún más oportunidades para que las Mipymes innoven y compitan en igualdad de condiciones con empresas más grandes, lo que podría transformar radicalmente el panorama empresarial, impulsando una nueva era de innovación distribuida y diversa.
La democratización de la innovación a través de la IAG promete nivelar el campo de juego. Para las Mipymes colombianas dispuestas a adoptar estas tecnologías el futuro se presenta lleno de posibilidades para reinventar sus productos, servicios, procesos y modelos de negocio, contribuyendo así al crecimiento económico y a la competitividad del país en la era digital.
NELSON ALFONSO GÓMEZ
Profesor e investigador de Innovación y Sistemas Complejos del CESA.
