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El valor del autocuidado

Es crucial que los gobiernos impulsen el autocuidado mediante el desarrollo y promoción de estrategias que refuercen las políticas públicas.

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La conversación sobre la prevención de enfermedades en Colombia y el mundo cada día toma mayor relevancia. La creciente demanda de servicios sanitarios viene ejerciendo una presión considerable sobre la prestación de la atención médica, impulsada en buena medida por los cambios demográficos, especialmente relacionados con el envejecimiento de la población.

Bajo este contexto, un mayor enfoque en el autocuidado contribuiría considerablemente a aliviar las cargas de los sistemas de salud, permitiendo a las personas tomar el control de su bienestar y optar por medidas preventivas. Esto, además de reducir costos y mejorar la calidad de la atención, libera tiempo y recursos de los profesionales de la salud, disminuyendo la necesidad de tratar dolencias manejables mediante el autocuidado. El impacto económico de esta práctica es significativo. Cifras de ILAR revelan que el conjunto de acciones preventivas podría representar un ahorro de US$7,2 mil millones para los sistemas de salud en Latinoamérica. Además de significar la optimización de recursos, esto implica mayor eficacia para atender a quienes realmente lo necesitan.

En el caso de Colombia, si el 50% de los casos de cuatro condiciones no graves (resfriado, diarrea, lumbalgia y candidiasis) se gestionaran mediante estrategias de autocuidado, con medicamentos de venta libre, el Estado podría ahorrar más de US$139 millones anuales.

El estudio de ILAR demuestra que, con las medidas de autocuidado y una población más consiente, habría ciudadanos más productivos y con menos ausentismo por enfermedades. De hecho, el informe indica que la pérdida de productividad por incapacidad laboral debido a las cuatro condiciones mencionadas cuesta anualmente casi US$436 millones. Si el 100% de estos casos se atendieran con autocuidado la pérdida bajaría a US$84 millones.

Por ello, es crucial que los gobiernos impulsen el autocuidado mediante el desarrollo y promoción de estrategias que refuercen las políticas públicas y eduquen a los ciudadanos en la toma de decisiones responsables para cuidar su salud.

Desde hábitos simples de prevención, como el uso de productos para condiciones específicas como los analgésicos, los antigripales, artículos de salud oral y sexual, e incluso fórmulas nutricionales, se podría aliviar la carga sobre el sistema y mejorar la calidad de vida de la población. A su vez, esto implica la concientización sobre automedicación, promoviendo una educación en salud que permitirá a las personas tomar decisiones responsables e informadas.

Generar espacios para promover la prevención y bienestar, así como facilitar el acceso a productos de autocuidado para prevenir enfermedades complejas o tratar de dolencias que no requieren asistencia médica, debe ser una prioridad para Colombia. Solo a través del compromiso colectivo podemos ubicar al autocuidado en el lugar que merece, impulsando el desarrollo económico, mientras aprovechamos los recursos en salud de la mejor manera posible. 

DAVID LINSENMEIER
Director general de la Unidad de Negocio Haleon Latam.

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