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Francisco Miranda Hamburger
Editorial

A prender el motor

La construcción de vivienda requiere estrategia de reactivación para que miles de hogares recuperen su sueño de casa propia.

Francisco Miranda Hamburger
Director de Portafolio
POR:
Francisco Miranda Hamburger

denada Urbana de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) ratificó que el 2023 fue, en efecto, un año para olvidar para los constructores de vivienda. De acuerdo a las cifras de cierre, las ventas de vivienda se contrajeron en un 44,9 por ciento y, en el segmento de la vivienda de interés social, la caída fue del 49,7 por ciento. Esto es, se dejaron de comercializar más de 106 mil unidades en comparación con el año 2022.

La fotografía del mercado de vivienda en 2023 refleja un desplome alarmante que sirve como muestra tangible de la desaceleración de la economía nacional. Los inicios de obra para nuevos proyectos -que indican cómo va el pulso de la dinámica sectorial- cayeron en el transcurso del año en un 28,4 por ciento frente a los registrados en 2022: unos 138 mil versus más de 193 mil.

En total, las familias colombianas dejaron de invertir en viviendas alrededor de 20 billones de pesos, que habrían circulado dentro de los múltiples encadenamientos productivos, propios de la construcción.

Otro indicador de la gravedad de la situación es el de los desistimientos. El año pasado 37 mil hogares tomaron la triste decisión de renunciar a su deseo de comprar su nueva casa, es decir, un aumento del 69,2 por ciento con respecto al 2022.

Según un análisis de Coordenada Urbana, el 31 por ciento de esos desistimientos, en el segmento de vivienda social, se tomaron por los cambios del Gobierno Nacional en el programa de subsidios de ‘Mi Casa Ya’.

Por otro lado, el 25 por ciento de esas decisiones de renunciar a la compra de casa se presentó a raíz de factores asociados al crédito. Queda en evidencia, con estos datos de Camacol, que la administración Petro y su insistencia en rediseñar ‘Mi Casa Ya’ cuentan con un alto grado de responsabilidad en el desplome récord del sector de la construcción de vivienda.

Si bien no se puede desconocer que la política del Banco de la República de alza de las tasas de interés ha elevado los costos de la financiación, cambiar las condiciones de un esquema que había demostrado sus ventajas se consolida como un craso e irreparable error.

A lo anterior se debe añadir que, para este año en curso, el Gobierno Nacional contempla en su política de vivienda recursos correspondientes a unos 50 mil subsidios, aproximadamente 22 mil menos de los requeridos.

En otras palabras, apenas arrancando el 2024 ya hay dudas sobre la capacidad del esfuerzo presupuestario en ‘Mi Casa Ya’ de cubrir los huecos existentes hoy en el mercado. Sin desconocer la contribución de estos subsidios, la demanda de la vivienda de interés social, los cierres financieros de los hogares y lo que viene de años anteriores, supera la actual asignación de la administración Petro.

Es urgente para el sector de la construcción, y en especial el de la vivienda social, el despliegue de una estrategia para reactivar y dinamizar la actividad. Con más razón, ahora que la economía colombiana ya está experimentando un notable freno en el ritmo de crecimiento de los principales renglones productivos.

Junto con la industria manufacturera y el comercio minorista, la construcción constituye un motor protagonista de cualquier plan para revitalizar el aparato productivo nacional.

A alivios en las tasas de interés, que aligeren los costos de los créditos y de la financiación, de la mano del Emisor y los bancos, se requiere una revisión a conciencia del programa ‘Mi Casa Ya’ por parte del Ministerio de Vivienda. Los sueños de decenas de miles de familias colombianas pueden recuperarse este año con los correctivos necesarios.

FRANCISCO MIRANDA HAMBUGER
framir@portafolio.co
X: @pachomiranda

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