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Francisco Miranda Hamburger
Editorial

Los retos del Mincomercio

Una de las tareas más urgentes del nuevo ministro de Comercio es la articulación y despliegue de un plan de reactivación concreto y tangible.

Francisco Miranda Hamburger
Director de Portafolio
POR:
Francisco Miranda Hamburger

Esta semana tomó posesión Luis Carlos Reyes como nuevo ministro de Comercio, Industria y Turismo (Mincit), con un difícil encargo por parte del presidente de la República, Gustavo Petro. “Cómo lograr un verdadero proceso de industrialización, en mi opinión, comenzando por la agroindustria, modernizando la manufactura, incluso para exportar”, manifestó el mandatario. El ministro Reyes recibió del jefe del Estado la dura meta de financiar la descarbonización económica del país en simultánea con “reactivar la agricultura, la industria y el turismo”.

Para un gobierno como el del presidente Petro que le otorga a las políticas de transformación productiva de la economía un lugar tan central en su legado, la cartera del Mincit es tanto crucial como estratégica. En especial, cuando la apuesta de la Casa de Nariño es la directa sustitución de productos como el petróleo y el carbón por una agricultura y una industria competitiva y tecnológicamente adaptada a bajas emisiones y a una menor huella de carbón.

Más allá del avance que en esa dirección se registre en los próximos meses, el ministro Reyes hereda en una tarea todavía más urgente. Se trata de la concepción, compilación e implementación de un plan de reactivación de los sectores comercial e industrial, con metas concretas y un paquete tangible de medidas. El Mincit cobija bajo su cartera estos dos motores del crecimiento de la economía, así como de la generación y protección del empleo.

El desempeño tanto de las industrias manufactureras como de las ventas del comercio minorista ha sido alarmante. Han sido más de 12 meses consecutivos en los que las estadísticas registran números rojos. Junto al desafío de impulsar una reconfiguración de la industria nacional para adaptarse a la descarbonización, es prioritario que el Gobierno, bajo el Mincomercio, presente una estrategia de choque para recuperar al sector y contribuir a una mejor dinámica de crecimiento de la economía en general.

Al Mincit le podría corresponder la desafiante responsabilidad de sincronizar las acciones específicas de otras carteras del gabinete que responden por actividades jalonadoras de la reactivación. Por ejemplo, las medidas orientadas a la reactivación de la construcción de vivienda o las de la hoja de ruta de la transformación energética, así como las correspondientes al sector agropecuario. De hecho, el presidente Petro incluyó a la agroindustria, y a “hacer que el campo produzca alimentos”, como otro de los objetivos para el ministro Reyes.

El Gobierno ha sido enfático en una visión sinérgica entre la industria y el Estado. A este último le quita el rol de “facilitador de la actividad productiva que resuelve las fallas del mercado” y le da el de “organizador de la producción que establece prioridades de inversión pública”. Precisamente Reyes invitó a la unión entre los sectores público y privado a “canalizar inversiones sin precedentes en apuestas productivas masivas”.

Ese trabajo conjunto que ofrece el nuevo ministerio de Comercio debe partir como primer paso de un mejor diálogo entre el Gobierno y los empresarios. La semana pasada, en la Convención Bancaria, se habló de unas mesas de trabajo con el Gobierno, los banqueros y otros representantes del sector privado para concertar caminos para la reactivación de la economía. Esa voluntad de diálogo permanente con el empresariado que el Mincit ha manifestado debe materializarse pronto en estas tareas urgentes y podría desembocar en la concertación de un necesario camino al crecimiento.

FRANCISCO MIRANDA HAMBURGER
​framir@portafolio.co
X: @pachomiranda

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